Problemas de descompensación hídrica, oquedades, hongos, pudrición y vejez, son razones suficientes para que una rama de un árbol o el árbol entero pueda caerse o llegar derrumbarse por completo, a veces sin previo aviso.
Pero este acontecimiento normal en la naturaleza, se convierte en noticia cuando en apenas un mes, y dentro de un mismo parque, el de El Retiro de Madrid, se encadenan los sucesos porque una rama de una sófora del Japón se rompe y mata a un militar de 38 años; un cedro cae y hiere a un niña, y justo un día antes un gigantesco pino se derrumba, esta vez sin víctimas.
Para mantener un parque seguro al 100 por cien "igual habría que talar o podar fuertemente el 60 por ciento del arbolado mayor de 40 años", porque siempre se encontrarán pequeñas fisuras, cavidades o pudriciones debido a la edad y/o los hongos que tienen algunos árboles, difíciles de detectar.
Así lo ha asegurado a Efe el paisajista y jefe de la Unidad de Horticultura del Real Jardín Botánico de Madrid, Mariano Sánchez, para quien el pino que se cayó, era un árbol algo enterrado, y es "complicado" ver que tiene un hongo en la parte enterrada y que está dejando hueco el cuello del árbol, que provocará su caída.
Según este experto, lo de la sófora se debió a una descompensación hídrica, que se produce cuando el árbol evapora y transpira más agua de la que absorbe. Los episodios de viento seco como los registrados en Madrid en verano son factores que se suman a la descompensación hídrica y que provocan movimientos de torsión en las ramas y en el tronco.
Otro problema frecuente, según Sánchez, es que los árboles de muchos parques y jardines de España se plantan en praderas, sin tener en cuenta que las necesidades hídricas son muy diferentes, por no hablar de las necesidades de sujeción profunda de un árbol.
Mientras que un césped necesita riegos frecuentes y de bajo caudal, el árbol los requiere de joven más espaciados y profundos, y al dar prioridad al riego de la pradera, el árbol extiende sus raíces en la superficie en busca del agua, en vez de hundirlas en la tierra y asegurase un mejor anclaje. También hay árboles con tendencia a pudrirse más fácilmente como la falsa acacia.
El Parque de El Retiro, es un parque de 118 hectáreas situado en el corazón de la capital que cuenta con unos 20.000 árboles de unas 200 especies diferentes y fue creado en 1630 durante el reinado de Felipe IV.