Cuando las gasolineras también son Arte
- Palacios, castillos, iglesias, catedrales, jardines .... ¿Y gasolineras? Si, también pueden ser obras de arte
El arte está a la vuelta de la esquina y a veces donde menos lo piensas. También en las gasolineras ¿No te lo crees? Si vives en Madrid, o has venido de visita, seguro que has pasado más de dos veces por algunas que no sólo tienen reconocida la categoría de Bien de Interés Patrimonial sino que, además, están consideradas ejemplo de arquitectura moderna. Puede que hasta ahora las hayas utilizado sólo para llenar el depósito del coche pero son auténticas obras de arte.
La Gasolinera Gesa
La gasolinera de la calle Alberto Aguilera, nº 18 está considerada una de las obras maestras del racionalismo español, tendencia que dominaba la arquitectura de la primera mitad del siglo XX sobre todo en Europa y Estados Unidos. Para muchos es, incluso, una de las obras que marca la entrada de España en el arte contemporáneo.
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Es una de las tres gasolineras diseñadas por el arquitecto Casto Fernández-Shaw (autor del Edificio Coliseum y el Mercado de San Fernando). Se levantó por encargo de Ignacio Fuster Otero para Petróleos Porto Pi, S.A., empresa que tenía el monopolio del refinado y venta de petróleo ruso en España.
En 1977 se demolió la marquesina y el tramo superior de la torre pero la presión social obligó a reconstruirla
Se construyó en un tiempo récord: cincuenta días, en 1927. Pero veinte años después, en 1977, se demolieron las dos marquesinas y el tramo superior de la torre publicitaria, es decir, sus partes más emblemáticas.
El 'destrozo' provocó un clamor social, sobre todo por parte de arquitectos y varios colectivos, las protestas llegaron a tal punto que tuvo que intervenir el Ayuntamiento de Madrid y la propietaria se vio obligada a reconstruir lo que había derruido. En 2016 se iniciaron los trámites para declararla Bien de Interés Patrimonial.
La gasolinera de la Avenida de Aragón
En el número 388 de la Avenida de Aragón, en el punto kilométrico 12.600 de la N-II, existe otra gasolinera del mismo arquitecto, Casto Fernández-Shaw. El proyecto se diseñó un año más tarde que la gasolinera Gesa, en 1928 pero no se iniciaron las obras hasta 30 años más tarde, en 1958.
El retraso está relaciona con la entrada en vigor del Real Decreto que otorgaba el monopolio del petróleo a CAMPSA e hizo desaparecer las pequeñas petroleras privadas. Fernández-Shaw diseñó esta gasolinera pensando en que debería atender mayor flujo de vehículos que la de Alberto Aguilera así que la caseta pasó a ser un edificio mayor y más alto que incluye una torre de cinco alturas con tienda, oficinas y almacenes.
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Cuando se construyó en 1958, se mantuvieron las líneas generales del proyecto aunque se suprimieron algunos elementos como las marquesinas secundarias y una escultura que remataba la torre. A cambio, la marquesina principal se hizo mucho mayor ya que se duplicaron los surtidores.
Está protegido en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid y catalogada como Bien de Interés Patrimonial
En julio de 1958 Fernández-Shaw realizó una segunda versión más simplificada que se construyó enfrente, para dar servicio a los vehículos que circulaban en la dirección contrario de la carretera, en sentido entrada a Madrid. No era exactamente un edificio gemelo, era más pequeña y la torre tenía una sola sola planta
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El desdoblamiento de la N-II obligó a demoler la enorme marquesina porque invadía la calzada pero aún se conserva la caseta semicircular, tienda y una marquesina moderna.
La estación de servicio Repsol-Foster
No tienen la protección de las diseñadas por Fernández-Shaw y son mucho más modernas pero merece la pena mencionar el diseño que el arquitecto Norman Foster realizó para las estaciones de Repsol.
En 1977 Repsol quiso renovar su imagen y construir unas estaciones de servicio modernas y novedosas. Encargó el diseño al prestigioso arquitecto Norman Foster, galardonado con el premio Pritzker en 1991 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009 y autor de la Torre Cepsa de Madrid y otros edificios emblemáticos por todo el mundo como la torre 30 St. Mary Axe, en Londres o la Torre del Commerzbank en Franfurkt, Alemania.
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El diseño de Foster para Repsol es muy reconocible por las pirámides invertidas rojas y blancas que sustituyen a las clásicas marquesinas y sirven de techo a las zonas de repostaje. Se tuvo en cuenta que todos los elementos quedaran integrados, hasta las papeleras y las pistolas de los surtidores.
Fue toda una obra de arte y de ingeniería y ahora que lo sabes, la próxima vez que repostes en una de ellas, o en la de Alberto Aguilera o pases por la Avenida de Aragón, seguro que te fijas en otras cosas, además de en el precio del combustible.
