Condenada a 4 años de cárcel la mujer que arrojó por la ventana a su bebé

Una mujer que arrojó por la ventana a su hija recién nacida al patio interior de su vivienda de Madrid, en la Nochebuena de 2013, ha sido hoy condenada a cuatro años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, tras llegar las partes a un acuerdo de conformidad.

El juicio por esta causa, que debería comenzar en la Audiencia Provincial de Madrid no ha llegado a celebrarse, pues a propuesta de la Fiscalía las partes han alcanzado el citado pacto, que supone además la inhabilitación de la patria potestad de la acusada sobre sus tres hijos también por cuatro años, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El representante del ministerio público solicitaba inicialmente en su escrito de calificación provisional una condena de 9 años y seis meses de cárcel que ahora se ha visto rebajada, pues se han contemplado una eximente incompleta de enfermedad mental, un agravante mixto de parentesco y un atenuante de colaboración con la Justicia.

Los hechos ocurrieron la noche del 24 de diciembre de 2013 en la vivienda que la procesada, Sonia F.R., de 35 años de edad en aquel momento, compartía en el madrileño barrio de Canillejas con sus padres, tres hermanos y dos hijos de 8 y 5 años, que desconocían que estuviera embarazada.

Tras dar a luz a una niña sana hacia las cinco de la madrugaba en el baño del inmueble, le cortó el cordón umbilical, la envolvió en un pantalón tejano y la arrojó por la ventana de la cocina del domicilio, situado en una planta baja, por lo que el bebé cayó desde una altura de 1,70 metros.

Sonia F.R. fue encontrada por su madre "bañada en sangre" en el baño y el padre la llevó al hospital hacia las siete de la mañana, y una hora después la madre de la acusada halló en el patio a su nieta en parada cardiorrespiratoria e hipotermia profunda, por lo que requirió maniobras de reanimación y permaneció hospitalizada 74 días.

La menor sufre "disfunciones físicas y psíquicas" que no podrán valorarse en toda su extensión hasta que alcance el pleno desarrollo y, tras renunciar a ella su madre, que padece un retraso mental moderado, se encuentra en situación de acogimiento familiar preadoptivo a la espera de una adopción definitiva con la que los abuelos maternos han expresado su conformidad.