La Sección 27 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al guardia civil Raúl R.P. a 20 años de prisión por el asesinato de su pareja en marzo de 2013 en Aranjuez, al considerar que la mujer no pudo suicidarse y en línea con el veredicto de culpabilidad dictado por el jurado popular.
Los nueve miembros del jurado popular consideraron el pasado 19 de junio que el acusado era culpable de asesinato con agravante de parentesco, y ahora la Audiencia impone la pena de 20 años de prisión, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Esta resolución es recurrible en apelación ante la Sala de lo Civil y de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
El tribunal descarta cualquier posibilidad de que fuera la propia víctima quien disparara el arma de fuego con ánimo suicida, como manifestaba Raúl en su defensa, ya que cuando recibió el disparo mortal estaba en a cama en posición y actitud de dormir, extremo en el que coinciden las pruebas testimoniales y periciales.
El suceso ocurrió el 10 de marzo de 2013, cuando Sonia, enfermera de profesión, llegó a su domicilio sobre las nueve de la mañana tras haber terminado el turno de guardia, momento en el que la pareja inició una fuerte discusión porque ella quería separarse. Según se recoge en la sentencia, la mujer jugó con su hija y luego se dirigió a su dormitorio a descansar.
El condenado, una vez que ella se quedó dormida y aprovechando esa circunstancia, fue a la habitación y con su arma reglamentaria le disparó en la sien derecha, dejándola malherida. Sonia murió pocas horas después. Tras dispararle, el acusado avisó al teléfono de emergencias 112 y comunicó, fingiendo, que la mujer se había suicidado.
Raúl fue detenido tres meses después del suceso, en junio de 2013, e ingresó en prisión acusado del homicidio. Las acusaciones particulares imputaban al procesado la comisión de un delito de omisión de socorro del que ha sido absuelto al estimarse que, si bien en ningún caso procedió a actuación alguna que hubiera podido evitar la muerte de Sonia, este hecho queda absorbido por la acción homicida.
La sentencia le condena a 20 años de cárcel, a la privación de la patria potestad de la hija que tiene con la fallecida y a no acercarse a ésta a menos de mil metros durante 30 años. También deberá indemnizar a su hija y a la familia de la fallecida con un total de 850.000 euros.