La Comunidad estudia 40 variedades de melón para mejorar su competitividad

Felipe, Mochuelo, Rochet ,Tendral... son nombres de melones. Nuestra comunidad está a la cabeza en la producción y exportaciones de esta fruta que gracias a la investigación cada año tiene más calidad. La Comunidad de Madrid va a evaluar 40 variedades de melón diferentes, 26 de ellas autóctonas de la región, para que los agricultores puedan elegir las que mejor se ajusten a sus necesidades de producción y mejorar la calidad, la rentabilidad y la competitividad de esta fruta.

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, ha presentado hoy este proyecto de investigación en una cata de 15 variedades de melón celebrada en un restaurante madrileño, donde ha detallado además los resultados de las últimas investigaciones regionales sobre esta fruta.

El objetivo es mejorar la productividad y la calidad gastronómica de los melones madrileños, según ha dicho el consejero, que se ha basado en los resultados del estudio que se desarrolla en la finca La Isla, del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).

Se trata, ha añadido, de evaluar el potencial productivo del melón y, entre otros aspectos, de analizar los días que tarda la planta en alcanzar los diferentes estados de crecimiento y maduración.

De las 40 variedades de melón sometidas a estudio, 26 proceden de municipios de la Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares, Chinchón, Patones, Pedrezuela, Titulcia y Villaconejos).

Según Sarasola, los primeros resultados de los ensayos muestran que las variedades tradicionales madrileñas "presentan, en general, buenos caracteres sensoriales y nutricionales".

Actualmente las antiguas variedades tradicionales de Villaconejos apenas son cultivadas, al haber sido casi totalmente desplazadas por variedades híbridas más productivas y rentables económicamente.

No obstante, gracias al apego de los meloneros tradicionales por sus cultivares, se han podido conservar estas semillas, que han sido prospectadas por el IMIDRA con el fin de no perder ese recurso.

Los estudios contemplan además del rendimiento en campo, el análisis sensorial de las diferentes variedades y su aceptación por los restauradores.

Se utiliza para ello a 16 catadores y un análisis de aceptación o preferencia por parte de consumidores, con 200 voluntarios y profesionales de restaurantes, a partir de cuatro variedades tradicionales.

Este nuevo trabajo se une a otras investigaciones del IMDRA sobre el melón, como la participación en el proyecto "Melonomics", a través del cual un equipo de científicos ha secuenciado el genoma completo del melón para localizar aquellas zonas de su ADN en las que residen las características de calidad.

A partir de los resultados de estas investigaciones será posible generar nuevas variedades de melón con mayor interés agronómico, es decir, más resistentes a plagas o al estrés del suelo, y además adaptarse a las necesidades de los consumidores.

El año pasado se produjeron en la Comunidad de Madrid 2.250 toneladas de melón, cultivadas en 260 hectáreas, la mayoría de ellas de regadío.