Comienza el desmantelamiento del Ventorro, el último gran poblado chabolista de Madrid

  • 89 familias de este núcleo chabolista, asentado en el distrito de Villaverde, serán realojadas

Las excavadoras ya trabajan en el desmantelamiento del poblado chabolista del Ventorro, el último de la capital. El Consejero de Vivienda ha entregado la llave de su nueva vivienda a algunas familas. 89 serán realojadas en pisos en altura en el mismo distrito de Villaverde y otro en pisos de la Comunidad en Getafe y Pinto.

El inicio del desmantelamiento del Ventorro, en Villaverde, supone el adiós definitivo del último poblado chabolista de la capital.

La grúa ha entrado este miércoles en el poblado para tirar la chabola del 'tío César', como le llamaban algunos de los residentes del Ventorro. César, junto con su esposa, Gema, no podían ocultar su alegría por la oportunidad que les dan Comunidad y Ayuntamiento, una vida nueva que "es como si hubiera llegado aquí la Lotería". "

Estamos contentos aunque te vas con un poco de pena por una vida entera aquí. Pasaremos una Navidad feliz aunque ya podremos invitar a la familia a una buena cena", ha explicado César, padre de tres hijos, quienes podrán ir al mismo colegio ya que la vivienda en altura a estrenar --de la que hoy han recibido las llaves-- está a solo siete kilómetros.

Así, este miércoles se realojan las primeras nueve de las 89 familias que forman parte de este poblado, gracias al trabajo conjunto de las administraciones, que han financiado a partes iguales el proceso de desmantelamiento y realojo. Supondrá una inversión total de 19,5 millones de euros.

MENSUALIDAD DE 65 EUROS

Gema, otra de las residentes, ha explicado que pagarán por el alquiler una mensualidad de 65 euros. Esto ha levantado ampollas en algunos de los pocos que aún quedan en el Ventorro. Es el caso de Faustino, familiar de César, que dice que no puede pagar nada porque toda su familia está en paro y que, además, las viviendas serían de alquiler cuando él compró su terreno "hace muchos años".

El consejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda, Pablo Cavero, ha apuntado que, si mejoran las posibilidades económicas de los realojados en 2014, aumentaría la renta a abonar como "ejemplo de integración vecinal" y todo ello para recordar que la vivienda "tiene un coste, unas obligaciones y unos derechos".

La operación de desmantelamiento estará finalizada a lo largo de 2014 y con ella concluirá un ambicioso programa de erradicación del chabolismo que ha permitido eliminar desde 2009 los poblados de El Cañaveral y Las Mimbreras y el núcleo de Santa Catalina, lo que ha supuesto el realojo de 244 familias.

En total, serán realojadas 89 familias de El Ventorro, que desde los años 70 se asienta en el distrito de Villaverde. Para hacer posible el desmantelamiento y el traslado de las familias, el IRIS lleva trabajando desde 2005 en este poblado, realizando actuaciones de apoyo social a los residentes para mejorar su calidad de vida y prepararles para la nueva vida que iniciarán cuando abandonen el núcleo chabolista.

COLABORACION ENTRE ADMINISTRACIONES

En su visita, el consejero y el coordinador general de Gestión Urbanística, Vivienda y Obras del Consistorio de Madrid, Juan José de Gracia han recordado que el programa de erradicación de los núcleos chabolistas históricos de Madrid ha sido posible gracias a la colaboración de la Comunidad con el Ayuntamiento de Madrid, que firmaron un convenio en 2008 con este objetivo.

El programa ha supuesto una inversión de 110 millones de euros financiados por ambas administraciones, la mitad procedente del Instituto de Realojamiento e Integración Social y la otra de Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS). De Gracia ha destacado que los desmantelamientos chabolistas en Madrid han supuesto un gasto por habitante de 40 euros.

Tras el desmantelamiento de El Ventorro y exceptuando la Cañada Real, únicamente quedarían dos núcleos chabolistas, 'Río Guadarrama-Las Sabinas', en Móstoles, y El Gallinero, en Villa de Vallecas. El primero de ellos también será erradicado próximamente, gracias a la firma de un convenio entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Móstoles.

En El Gallinero, por su parte, el IRIS lleva trabajando desde 2009 prestando atención social y educativa a las familias que residen en él, que por sus características no son susceptibles de ser realojadas.