Un código ético regulará a los altos cargos del Gobierno regional de Cristina Cifuentes y entes adscritos con el objetivo de limitar su papel en las contrataciones públicas y restringir las llamadas "puertas giratorias" en los dos años siguientes a su cese.
Con este código, aprobado en el Consejo de Gobierno de hoy, los altos cargos no podrán aceptar regalos ni "beneficios de cualquier naturaleza derivados de su cargo, salvo las muestras de cortesía habituales".
"En el Gobierno de la Comunidad de Madrid estamos situando la ética en la gestión pública por encima incluso de la legalidad", ha señalado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno la presidenta regional, Cristina Cifuentes.
Esta medida se suma a los códigos éticos suscritos por los diputados populares de la Asamblea de Madrid y miembros del Gobierno regional, por un lado, y el de los integrantes de la gestora del PP de Madrid, por otro.
Para Cifuentes, es "un paso más en materia de transparencia, uso eficiente de los recursos públicos y mejora de la gestión".
El nuevo código ético obligará a los altos cargos del Ejecutivo, así como a los entes adscritos (presidentes y directores gerentes de fundaciones públicas, organismos o consorcios participados por la Comunidad de Madrid) a dimitir si son investigados formalmente en un delito relacionado con corrupción.
También recoge los principios que deben regir la actuación de las personas afectadas por el mismo, entre los que ha destacado la "objetividad, transparencia, ejemplaridad y austeridad".
Por ejemplo, los altos cargos no podrán formar parte de una mesa de contratación "cuando sean el órgano decisorio" ni del tribunal para la selección de empleados públicos.
También deberán abstenerse en aquellos asuntos "donde tengan un interés personal".
Para evitar las denominadas puertas giratorias, tendrán que renunciar en los dos años siguientes a su cese a ser contratados por empresas "que sean concesionarias de la administración de la Comunidad de Madrid o que lo hubieran sido mientras eran altos cargos".
Por otro lado, deberán comunicar al Consejo de Gobierno "la apertura de cualquier procedimiento penal contra ellos" y publicar en el portal de transparencia su participación como ponentes en congresos, seminarios, conferencias o cursos, siempre que participen en su calidad de altos cargos.
El código ético obliga igualmente a los altos cargos a gestionar los recursos púbicos con "eficiencia y sostenibilidad" en asuntos como las publicaciones,los viajes oficiales o el uso de medios propios de la administración.
Asimismo, les hará renunciar a indemnizaciones por finalización del contrato en la parte en que supere lo previsto en la normativa legal, y a las dietas o similares que les podrían corresponder por asistir a consejos de administración.
Sobre los regalos, el portavoz del Gobierno regional, Ángel Garrido, ha explicado que no hay una limitación económica, sino que depende del "sentido común" y de lo que la jurisprudencia nacional entiende sobre detalles de cortesía.
"Entendemos que se regale una agenda o una vela decorativa", ha dicho.
El código ético, que es de obligado cumplimiento, se supervisará anualmente con una evaluación.
Los altos cargos deberán manifestar su adhesión "expresa e individualizada" al código en el momento de su nombramiento, mientras que los que ya dependen del Gobierno regional quedarán sometidos al mismo desde su publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.