La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, propuso que "el pavimento de la Gran Vía sea continuo" y sin "bordillos" como idea para mejorar el estado de esta arteria madrileña, así como reducir los autobuses que la atraviesan para crear una "lanzadera" que la recorra. La semana pasada confirmó su peatonalización parcial antes de finalizar el mandato.