Agentes de Policía Municipal de Madrid en colaboración con Policía Nacional han desmantelado cuatro narcopisos situados en el distrito madrileño de Puente de Vallecas y manejados por el Clan de los Silva, al tiempo que han detenido a 12 de sus integrantes.
Entre fuertes medidas de seguridad, el Clan de los Silva se habían convertido en la referencia de la venta de droga de Puente de Vallecas. Todo el mundo sabía lo que pasaba en sus cuatro viviendas, incluida la Policía Nacional y Municipal de Madrid.
En noviembre de 2024, y a partir de numerosas denuncias ciudadanas, los investigadores constataron la existencia de una familia que operaba desde cuatro pisos muy cercanos a colegios y parques del distrito, en zonas frecuentadas por niños y familias, según han informado a Efe fuentes próximas a la investigación.
La Policía Nacional logró destapar un entramado formado por padres, hijos, tíos y cuñados, once de ellos de una misma familia, que adecuaban el formato de las transacciones en función de las necesidades de cada momento.
Lanzaban los envoltorios de droga por la ventana, se subían a los vehículos de los consumidores para realizar la venta, o incluso vendían en parques y zonas frecuentadas por niños, además de en algunos bares del barrio.
Las casas contaban con puertas blindadas y rejas de seguridad y hacían las veces de punto de venta de droga y guardería, es decir, los lugares seguros donde almacenar el grueso de la sustancia antes de ser dosificada y lista para la venta en menudeo.
Operaban con impunidad, aunque vigilados de cerca por los agentes policiales, que siguieron sus pasos durante meses hasta que el lunes 16 de junio acabaron de golpe con su narconegocio.
Ese mismo día, ocho meses después de la primera pista, un dispositivo formado por ambos cuerpos policiales procedió a la entrada y registro de los cuatro pisos.
En ellos lograron detener al clan familiar, formado por siete hombres y cinco mujeres que habían hecho de la distribución de droga su forma de vida, ya que no se les conocía actividad laboral alguna.
Los investigadores intervinieron más de 50.000 euros en efectivo, 290 gramos de cocaína, útiles para el narcotráfico, un arma de fuego y cuatro simuladas, además de navajas, una katana, relojes, móviles y joyas.
Los integrantes pasaron a disposición judicial como presuntos responsables de delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y receptación, ya que en el interior de los domicilios también se descubrió que guardaban objetos robados.
A algunos de ellos les constan antecedentes por delitos de tráfico de drogas, ocupación de inmuebles, daños, y contra la salud pública.