Ante esta escala de violencia y actos vandálicos que se viven en las piscinas municipales de Madrid, incluso con agresiones a los trabajadores de las instalaciones, el Ayuntamiento plantea cambiar el reglamento y se reservará el derecho de admisión a las instalaciones la próxima temporada.
Es una de las medidas que están encima de la mesa para impedir la entrada a los violentos, protagonistas en las últimas semanas, de actos de agresión contra el personal municipal, vivido en las últimas semanas en piscinas como la de San Blas y la de San Fermín, en el distrito de Orcasitas.
El reglamento vigente no permite precisamente impedir el acceso a las instalaciones a los presuntos agresores y es una de las medidas puestas encima de la mesa, tras las reuniones mantenidas por los trabajadores y representantes sindicales, con la concejala del distrito de San Blas, Marta Gómez Lahoz, y la concejal de Cultura, Celia Mayer.
Mientras se cambia el reglamento para la próxima temporada, el Ayuntamiento ha reforzado para lo que aún queda de éste la presencia policial en esta y otras piscinas problemáticas. El concejal de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, ha indicado que va a haber refuerzo policial en determinadas franjas horarias en las piscinas municipales donde se han detectado conflictos y agresiones, como es el caso de San Blas, Usera y Vallecas.
Así lo ha manifestado en rueda de prensa posterior a la Junta de Seguridad Local que se ha celebrado en la Delegación del Gobierno y preguntado por ataques, amenazas o actos vandálicos que se han producido en diversas piscinas de la capital.
Barbero ha detallado que los grupos de mediadores ya trabajan para evitar este tipo de conflictos, pues es el mecanismo "más eficaz" y que el protocolo establece aumentar la presencia policial en derminados horarios en las instalaciones donde exista riesgo. Además, ha apuntado que el año que viene el protocolo estará activado con más antelación.
El marco de actuación establece el patrullaje de agentes de la Policía Municipal en determinadas franjas horarias, como puede ser el cierre de las piscinas, y se mantienen contactos con el personal de seguridad o el responsable de la instalación para ver si existen situaciones en las que se tiene que intervenir.