El fin del curso escolar suele coincidir con temperaturas sofocantes. La ley obliga a que no superen los 27 grados de máxima. En los colegios intentan rebajar esos límites de distintas formas y siempre a elección del centro. Los hay que ponen toldos.
Para combatirlas, cada centro opta por unas medidas. Los hay que permiten a los alumnos salir antes, los que instalan ventiladores en las aulas o los que cuentan con dobles ventanas para aislar a los chavales del calor.
La Ley establece que la temperatura en las aulas debe ser. Cada colegio busca sus fórmulas. Este año el calor ha llegado en al recta final del curso.
Es el primer curso que en la escuela infantil municipal de Arganda cuentan con aire acondiconado. Tras los golpes de calor que sufrieorn los niños en junio del año pasado el ayuntakntro instaló el sitema de refrigeracion.
Con un total de 80 alumnos, los aparatos de aire se han colacado en las seis clases, la sala de usos múltiples y el comedor. Un sistema que padres y abuelos creen necesario instalar en todos los centros escolares.
En un instituto de la capital, las ventanas de la fachada sur se han cubierto con toldos. Totalmente opacos, evitan el paso directo del sol y favoren la ventilacion de las aulas.
Tras analizar diferentes sistemas de acondicionamiento optaron por los toldos que este verano se insstarlan tmabien en la fachada sureste.
La comunidad de Madrid les dio un presupuesto extra para bajar las temperaturas de las aulas.