Unas cincuenta personas continúan la protesta en la sede de Goldman Sachs, dentro y fuera del edificio, en su mayoría inquilinos de pisos que el Ivima vendió al fondo de inversión y que ahora están amenazados de desahucio por impago o por no poder hacer frente a la subida de los alquileres. Es el caso de Iván, padre de una familia con cuatro menores -dos hijos y dos sobrinos en acogida- que tiene el desahucio marcado para el 17 de noviembre. "Antes pagaba 90 euros de alquiler, con la subvención de la Comunidad. Pero cuando la casa fue vendida a Encasa Cibeles, desapareció la subvención, y nos pidieron 470 de alquiler", ha dicho a Efe.