Funcionan como un club de guerra. Decenas de jóvenes quedan los fines de semana para llevar a la realidad sus videojuegos favoritos. Utilizan una nave abandonada de Rivas Vaciamadrid para simular tiroteos y acciones de comando. Lo que hacen, en principio, no es ilegal, pero puede ser peligroso al no estar regulado. No tienen permiso y el edificio que utilizan está lleno de cascotes.
Imágenes de la nueva moda, denominada Airsoft, que tiene lugar en el matadero de Rivas Vaciamadrid. Comienzan con videojuegos de guerra y, después de quedar por Internet, los llevan a la práctica. Utilizan réplicas de revólveres, fusiles o ametralladoras que disparan bolas de plástico. No pueden empezar sin llevar puestas las gafas homologadas y está prohibido disparar a la cabeza. En estas equipaciones, pueden llegar a gastarse 2.000 euros.
Ropa de camuflaje, chalecos, botas, cascos, gafas y, por supuesto, armas: Pistolas y subfusiles de asalto: Kalashnikov, M-16.Están equipados como un cuerpo de élite del Ejército, pero no son soldados.
Son simples jugadores de "Airsoft", una especie de videojuego de guerra llevado a la realidad. Eso sí, las armas no son auténticas, son de aire comprimido y disparan bolitas de plástico.
Recrean batallas reales o se inventan invasiones y objetivos para ponerse en situación. Después, a luchar....
Fijan un objetivo, organizan el plan de ataque y cargan sus armas. Hay que eliminar a los enemigos.
Pero no es una guerra cruenta. Es un juego y tiene sus reglas. No se puede disparar a muy corta distancia, ni tampoco a la cabeza.
Buscan lugares apartados y abandonados como este matadero de Rivas, el de Villaviciosa o el monasterio de Perales del Río, para recrear escenarios bélicos.
Y cada vez hay más jugadores. Todos los fines de semana hay partidas convocadas a través de internet. No es una actividad prohibida, pero tampoco permitida. De momento, aprovechan ese vacío legal para dar rienda suelta a su afición.