La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aboga por restaurar el "bachillerato clásico, que fue columna vertebral de la cultura europea" y que en los años sesenta se llevaron por delante algunos políticos que confunden igualdad de oportunidades con igualitarismo, las "políticas de falso igualitarismo".
"Me atrevo a pedir que se restaure en España el Bachillerato clásico que fue columna vertebral de la cultura Europea", reclama Aguirre en 'La Tercera' del diario ABC, recogida por Europa Press, en la que pone la vista en el bachillerato "humanístico y clásico nacido en la Alemania de Bismarck" y que, según relata, después copiaron todos los países de Europa.
Tras citar el caso de la formación de Max Mazin, la presidenta destaca que aquel bachillerato "humanístico y clásico sirvió para crear unas generaciones de europeos que compartían una cultura, unos conocimientos y unos valores".
"Ese bachillerato se convirtió en la columna vertebral de la cultura de todos los países y, en consecuencia, de la cultura de toda Europa", asegura Aguirre, quien continúa diciendo que ese bachillerato "está en la base del progreso científico, intelectual y cultural de la Europa en los últimos 150 años".
EMPEZÓ A PERDERSE EN LOS SESENTA
No obstante, señala que "este bachillerato empezó a perderse en muchos países de Europa, incluido España, "cuando, en los años sesenta, algunos políticos que confunden la igualdad de oportunidades con el igualitarismo en los resultados académicos y algunos pedagogos que creen que protegen a los alumnos si les evitan esforzarse decidieron que era mejor que la Secundaria se convirtiera en una prolongación de la Primaria".
"Esos políticos y pedagogos se han llevado por delante aquel bachillerato ejemplar que formaba a unos ciudadanos responsables, ambiciosos de saber, respetuosos con la cultura y preparados para emprender con solvencia estudios superiores", asegura.
"NO TODOS ESTÁN CAPACITADOS"
A renglón seguido, la presidenta de la Comunidad de Madrid apunta que "es verdad que no todos están capacitados para afrontar un bachillerato así, ni todos tiene las ganas de aprender y de estudiar que este bachillerato exige", pero indica que "más verdad es que, con el actual sistema, muchísimos chicos que podrían aprovechar esos años de su vida para hacerse con un imponente bagaje cultural e intelectual están perdiendo el tiempo en las aulas".
En este punto, reclama la vuelta de ese sistema, para lo que, considera que "no hacen falta cambios de leyes educativas", que "acaban mareando a padres, profesores y alumnos", sino que "basta con que se permita que algunos colegios e institutos ofrezcan unos planes de estudio acordes con el espíritu y la letra de lo que es un bachillerato como el que han sabido conservar los paíeses de lengua alemana".
Para todo ello, a su juicio, la solución "es la libertad" y que "el Estado garantice que todos los alumnos puedan educatse libremente según sus aptitudes y preferencias".