Absuelto un policía de Madrid acusado de lesionar a un detenido en los calabozos de la comisaría Centro

Agente de la Policía Nacional
Agente de la Policía Nacional |EUROPA PRESS

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a un policía que se enfrentaba a una petición de un año de cárcel por lesionar a un detenido en los calabozos de la Comisaría de Centro de Madrid, al entender que la rotura de clavícula que le provocó fue sin dolo y solo para reducirle porque estaba agresivo.

En una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, la Sección Tercera de la audiencia madrileña absuelve al policía nacional, para el que la Fiscalía solicitaba un año de cárcel, la inhabilitación profesional durante ese tiempo y que indemnizase con 7.000 euros a la víctima por las lesiones y las secuelas que le produjo.

Pero la Sala estima que el agente se limitó a reducir al detenido "por medio de una maniobra básica, sujetándole el brazo, engrilletándole e introduciéndole en la celda", sin que quede acreditado que le golpease, ni le empotrase contra una puerta ni le pusiera la rodilla sobre el cuerpo.

Reconocen los magistrados que el denunciante tuvo una lesión y que está relacionada con la intervención del policía, pero concluye que "no concurre el elemento subjetivo consistente en el dolo genérico de lesionar o animus laedendi, ni aún en su modalidad de dolo eventual".

Entiende que la conducta del policía "se dirigió exclusivamente a reducir" al detenido, "para lo que necesariamente aplicó una técnica básica consistente en agarrarle del brazo, acompañando dicha extremidad, con quien precisamente se dirigía contra él con los brazos en alto".

Por eso le absuelve, como defendía el letrado del agente, Manuel Chamorro.

En 2018

Los hechos ocurrieron el 6 de septiembre de 2018 en los calabozos de la Comisaría del distrito Centro de Madrid, donde el denunciante solicitó al policía que le diera la medicación prevista, y éste le dijo que esperara hasta que acabara con un ingreso, lo que motivó que el detenido adoptara "una actitud desafiante", según considera probado la sentencia.

El agente abrió la puerta de la celda para que el arrestado fuera al lavabo a tomar la medicación, y cuando éste volvía le lanzó el agua que llevaba en un vaso y fue hacia el agente con los brazos en alto, lo que hizo pensar al policía que le iba a agredir, por lo que procedió a reducirle mediante una maniobra básica.

Como consecuencia de esta intervención el detenido tuvo contusión con erosiones en el brazo izquierdo y fractura del tercio medio de la clavícula derecha, por la que tuvo que ser operado y acudir a rehabilitación, tardando en curar 60 días y teniendo que llevar una placa, que le causa dolor leve.