Un conocido intelectual de la extrema derecha francesa, muy activo en su oposición a la legalización del matrimonio homosexual o a la inmigración, se suicidó hoy de un disparo en la boca ante el altar de la catedral de Notre-Dame de París, abarrotada de turistas a primera hora de la tarde. Dominique Venner, de 78 años, dejó varios mensajes explicando su gesto, que están siendo analizados por los investigadores, según indicó el ministro del Interior, Manuel Valls, que se trasladó al templo inmediatamente para mostrar su solidaridad "con la comunidad cristiana".
El ministro, que consideró que el acto no tenía precedentes y que confirmó que los 1.500 turistas que había en el templo fueron evacuados, se negó a hacer ninguna lectura política de este suceso a la espera de las conclusiones de la investigación.
Todo lo contrario que la extrema derecha, que aseguró que el gesto de Venner tenía un carácter "eminentemente político", según un mensaje de "Twitter" de la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen.
"Todo nuestro respeto para Dominique Venner, cuyo último gesto, eminentemente político, pretendía despertar al pueblo de Francia", señaló Le Pen.
El eurodiputado ultraderechista Bruno Gollnisch fue más lejos y consideró el suicidio de Venner un "gesto dramático de protesta contra la decadencia de nuestra sociedad".
Amigo personal del intelectual, Gollnisch recordó la oposición de Venner a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que consideró como "un avance de la decadencia".
"Pero no el único", dijo el diputado europeo tras recordar que el escritor también se batió contra "la sustitución de la población francesa por otras poblaciones" o "el debilitamiento de la disciplina".
En esa línea figuraba su último artículo, colgado hoy mismo en su blog, en el que advertía a los opositores al matrimonio entre personas del mismo sexo de que su movimiento no podía quedarse en una mera protesta y pedía ir más lejos.
"Serán necesarios gestos nuevos, espectaculares y simbólicos para agitar las somnolencias, sacudir las conciencias anestesiadas y despertar la memoria de nuestros orígenes", señalaba.
Los medios franceses no tardaron en vincular el suicidio de Venner con la reciente legalización del matrimonio homosexual, un asunto que ha dividido a la sociedad francesa, ante la animadversión mostrada por los opositores a este texto del Gobierno socialista.
El suceso se produjo horas antes del comienzo en la plaza de la Bastilla de un gran concierto gratuito de apoyo a la legalización del matrimonio homosexual.
En el mismo tiene previsto participar el cantante Mika, entre otros, y la asistencia de algunos miembros del Ejecutivo, como la ministra de Justicia, Christiane Taubira, impulsora de la legalización del matrimonio gay.
Aprobada por el Parlamento, la ley fue promulgada el pasado sábado por el presidente, François Hollande, pero aun así los opositores a la ley han convocado para el próximo domingo una gran manifestación con la que pretenden mostrar su fuerza.
En medio de esa batalla, que ha centralizado la vida política francesa en los últimos meses, se ha producido el suicidio de Venner, figura eminente de la extrema derecha gala que en los orígenes del Frente Nacional (FN) estuvo a punto de ocupar su presidencia, que finalmente recayó en Jean-Marie Le Pen, padre de la actual líder.
Enrolado en la guerra de Argelia, tras el final de la contienda escribió el ensayo "Pour une critique positive", que se convirtió en un texto fundamental de la extrema derecha francesa en los años 60.
En los últimos años dirigía publicaciones históricas extremistas y tomaba posiciones radicales sobre diversos asuntos, como la inmigración.
Aficionado a las armas, escribió un tratado sobre las mismas y, con una de ellas de fabricación belga, se quitó la vida en uno de los sitios turísticos más visitados de Francia.