El Partido Socialista (PS) francés puso hoy en marcha su campaña electoral para sus primarias con la designación de los siete candidatos que participarán, entre ellos el ex primer ministro Manuel Valls, que parte como favorito.
Sus principales rivales para convertirse en el candidato oficial del partido a las presidenciales del año próximo serán los ex ministros Arnaud Montebourg, Vincent Peillon y Benoît Hamon.
También concurrirán a los comicios, que se celebrarán, a dos vueltas, los próximos 22 y 29 de enero, la presidenta del Partido Radical de Izquierda (PRG), Sylvia Pinel, el ecologista François de Rugy y el presidente del Frente Democrático, Jean-Luc Bennahmias.
Pero todo apunta a que las primarias socialistas se convertirán en un referéndum sobre el ex primer ministro y la política que condujo, junto al presidente François Hollande -desde su nombramiento en 2014 hasta su dimisión el pasado día 6-, para dedicarse en cuerpo y alma a la campaña.
Valls es el heredero de la Presidencia de Hollande, que ante sus bajos niveles de popularidad, el pasado día 1 renunció a la reelección, un hecho inédito desde que el jefe de Estado es elegido por sufragio universal.
La línea liberal lanzada por el tándem Valls-Hollande, que tuvo su punto álgido en la adopción a mitad del año pasado de una reforma laboral muy criticada por la mayoría de los sindicatos y por muchos miembros del propio partido, está en el punto de mira de la mayor parte de los otros candidatos.
En especial de dos, los exministros Arnaud Montebourg y Benoît Hamon, expulsados del Gobierno en agosto de 2014, apenas cinco meses después de la nominación de Valls como primer ministro por las críticas lanzadas en el seno del Ejecutivo.
Desde entonces, ambos han replicado los ataques al Gobierno, Montebourg, exministro de Economía, desde una postura más productivista y proteccionista, Hamon, extitular de Educación, desde posiciones más sociales y ecologistas.
Valls y Montebourg ya se enfrentaron en las primarias socialistas de 2011, que acabó ganando Hollande. En la primera vuelta, Montebourg fue tercero, con un sorprendente 17 % de los sufragios, mientras que Valls fue penúltimo con poco más del 5 %.
La gran incógnita la representa Peillon, también exministro de Educación y representante de un ala moderada, cuya candidatura apareció por sorpresa puesto que desde que abandonó el Ejecutivo en marzo de 2014 estaba alejado de la política nacional.
Para muchos, su candidatura a las primarias responde a la iniciativa de los miembros del aparato el partido descontentos con Valls. Entre los apoyos que ha recibido destaca el de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, muy alejada del ex primer ministro pese a que ambos comparten orígenes españoles.
Los sondeos otorgan, pese a todo, una sólida ventaja a Valls, que cuenta con estas primarias para afianzar su candidatura al Elíseo, donde aspira a suceder a Hollande pese a las oscuras espectativas que las encuestas dan a la izquierda en esos comicios de abril-mayo próximo.
El ex primer ministro espera que el debate en el seno de la izquierda le permita aparecer como el candidato de la unidad y poder así hacer frente a los dos favoritos de las presidenciales, el conservador François Fillon, vencedor el mes pasado de las primarias de la derecha, y la ultraderechista Marine Le Pen.
En caso de que gane las primarias, Valls tendrá que hacer frente a otros dos rivales: su exministro de Economía Emmanuel Macron, que abandonó el Gobierno para lanzar su candidatura presidencial al margen del PS; y el neocomunista Jean-Luc Mélenchon, que tampoco quiso participar en los comicios internos de la izquierda.
Más testimoniales aparecen las otras candidaturas aprobadas a las primarias socialistas, procedentes de partidos asociados.
La exministra Sylvia Pinel, que estuvo en los gabinetes de Valls, representa al PRG, una formación que ya concurrió a las primarias en 2011 con Jean-Michel Baylet, que obtuvo un simbólico 0,68 % de los votos.
François de Rugy representa a la escisión del partido ecologista que ha mantenido su apoyo al Gobierno, frente a la mayoría que presentarán un candidato propio a las presidenciales, surgido también de unas primarias.
En cuanto a Jean-Luc Bennahmias, que también militó en los verdes durante años, preside ahora la pequeña formación Frente Democrático, tras haber militado en el MoDem del centrista François Bayrou.
Fuera quedaron dos postulantes que aseguraban tener los avales y que han prometido recurrir su exclusión: el militante Gérard Filoche, representante del ala más radical del partido, y el desconocido Fabien Verdier.