Unas 100.000 personas, según la Policía Militar, se congregaron ante el Congreso Nacional en Brasilia y manifestaron su respaldo al juicio político que la oposición promueve contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, contra la que se convocaron multitudinarias protestas en todo el país. Según la Policía Militar, la de Brasilia fue una de las manifestaciones más multitudinarias que se han visto en las últimas décadas en la capital brasileña.
Como en casi todo el país, la mayoría de los manifestantes acudió vestido con los colores verde y amarillo de la bandera de Brasil y corearon lemas contra Rousseff, su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores (PT), al que ambos pertenecen.
La manifestación recorrió la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida en que la se sitúan todos los edificios del poder público, y concluyó frente al Congreso, en cuyos jardines miles de personas se ordenaron para formar la frase "Fuera Dilma", mostrada por cámaras que acompañaron la movilización desde helicópteros.
La protesta transcurrió sin ningún tipo de incidentes, vigilada por unos 2.000 agentes de la policía y en un ambiente festivo, al igual que ocurrió en otras decenas de ciudades del país que hoy se han volcado a la calle para manifestar su descontento con Rousseff. Durante la mañana, la manifestación más multitudinaria se llevó a cabo en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde las autoridades han dicho que no harán ningún cálculo de asistencia.
Las cifras barajadas por los organizadores en esa ciudad varían entre 500.000 y un millón de personas, que tapizaron con los colores verde y amarillo la avenida Atlántica, que bordea una de las playas más famosas de la ciudad.
La jornada nacional de protestas fue convocada por grupos de la sociedad civil, pero cuenta con el apoyo explícito de todos los partidos del arco opositor, que promueven en el Parlamento un juicio político con miras a la destitución de Rousseff.
El proceso está fundamentado en unas irregularidades contables detectadas en los balances que el Gobierno presentó en 2014 y 2015, pero la oposición ha anunciado que también vinculará las sospechas que existen sobre la posible financiación ilegal de la campaña que llevó a la reelección de Rousseff, en 2014.
El senador Aécio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la principal fuerza de la oposición, asistió hoy a la manifestación realizada en la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. "Estamos junto a todos los brasileños, que quieren y merecen algo mejor, para construir un nuevo camino para el país", declaró Neves.
Según Neves, la sociedad brasileña "se cansó y le dice basta" a Rousseff y al PT con las protestas de hoy, que alcanzarán su mayor intensidad por la tarde en Sao Paulo, la ciudad más poblada del país, donde se espera que cientos de miles de personas se sumen a la convocatoria.