Los islamistas egipcios se enfrentaron las fuerzas del orden al intentar entrar en la emblemática plaza Tahrir, bloqueada por los militares en una nueva jornada de manifestaciones que se saldó con al menos cuatro muertos.
Tras el rezo del mediodía, miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi volvieron a salir a las calles para recuperar parte de la visibilidad perdida y se dirigieron hacia distintos lugares de El Cairo previamente cercados por las fuerzas egipcias.
En Tahrir, epicentro de las protestas que llevaron a la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011, los manifestantes trataron de penetrar desde sus accesos, pero se toparon con un férreo despliegue policial y militar.
IMPIDEN EL PASO A LOS MANIFESTANTES
No pudieron imitar a los decenas de islamistas que el martes pasado lograron entrar en la plaza por primera vez desde el golpe del pasado julio para gritar consignas contra el Ejército antes de ser expulsados.
Esta vez, los muros, las alambradas y los vehículos blindados impidieron el paso de los manifestantes, que lanzaron piedras contra efectivos de las fuerzas del orden, quienes a su vez respondieron con gases lacrimógenos y disparos al aire.
Los partidarios de Mursi se replegaron entonces hacia otros barrios de la capital, dejando un rastro de cascotes arrancados del suelo, panfletos contra las Fuerzas Armadas y neumáticos quemados, según pudo comprobar Efe.
Pronto la normalidad volvió a los alrededores de la plaza, cada vez más vacíos según se aproximaba el toque de queda de los viernes, que entró en vigor a las 19.00 hora local (17.00 GMT).
Los manifestantes tampoco pudieron llegar al palacio presidencial de Itihadiya ni a la plaza de Rabea al Adauiya, escenario de una masacre de cientos de personas el pasado 14 de agosto durante el desalojo de las acampadas islamistas.
LA TENSIÓN CONTINÚA
Además, seguidores y detractores del depuesto mandatario se enfrentaron en los distritos cairotas de Manial y Shobra, una situación que también se vivió en otras zonas del país, como en la ciudad mediterránea de Alejandría y el delta del río Nilo.
Fuentes de seguridad indicaron a Efe que al menos cuatro personas murieron este viernes y otras cuarenta resultaron heridas en todo el país.
Entre estas últimas se encuentra el periodista Jaled Daud, que dimitió en agosto como portavoz del Frente de Salvación Nacional (la principal alianza opositora a Mursi) en protesta por el desalojo de Rabea y que hoy fue apuñalado por manifestantes islamistas.
La tensión continúa en Egipto y amenaza con dispararse el próximo domingo, cuando se conmemora el 40 aniversario de la guerra del 6 de octubre de 1973 contra Israel.
Aparte de las consabidas celebraciones oficiales, para las que se ha reforzado la seguridad, los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines han llamado a mantener la presión en las calles y manifestarse ese mismo día en la plaza Tahrir contra el Ejército.
La llamada Coalición Nacional de Defensa de la Legitimidad apuntó en un comunicado que, bajo el lema "El Cairo, la capital de la revolución", rendirán tributo "a los héroes del Ejército nacional y patriótico".
Los islamistas criticaron a la cúpula militar encabezada por el general Abdel Fatah al Sisi por deponer a Mursi y consideraron que "los verdaderos líderes son aquellos que llevan a cabo su responsabilidad en circunstancias difíciles y apuntan sus armas hacia el enemigo real, en las fronteras de la patria".
En los últimos tres meses, las autoridades han llevado a cabo una campaña de detenciones contra los líderes de los Hermanos Musulmanes y han prohibido sus actividades, acusándolos de instigar a la violencia.
Por ese motivo dos dirigentes locales de la cofradía fueron detenidos hoy en la localidad de Damanhur, al norte de El Cairo, mientras que otras cuatro personas fueron arrestadas en Alejandría por tener folletos que incitaban a atacar a las Fuerzas Armadas durante la fiesta nacional del 6 de octubre, apuntó la agencia estatal.
Desde el derrocamiento de Mursi, las fuerzas del orden son blanco de continuas agresiones en el país, donde dos militares egipcios murieron hoy y otros dos resultaron heridos en un ataque armado contra un puesto de control al noreste de la capital.