Al menos 51 personas murieron y 115 resultaron heridas en el atentado suicida registrado ayer en una mezquita de las áreas tribales paquistaníes, informó una fuente oficial.
Un adolescente de 16 años hizo estallar la carga explosiva que llevaba adosada durante el rezo islámico en el templo, situado en la zona de Jamrud, cerca de la frontera afgana. Muchos de los heridos fueron trasladados a la vecina ciudad de Peshawar, capital de la provincia noroccidental de Jyber-Pajtunjwa. En Jyber se halla el principal paso terrestre que une Pakistán con Afganistán y por el que transita el grueso de los suministros para las fuerzas internacionales desplegadas en el país vecino.
El movimiento talibán no ha reivindicado el atentado pero fuentes locales citadas por la prensa paquistaní apuntan a que podría ser una revancha de los integristas con las tribus de la zona, que se resisten a su dominio.
Entre los fallecidos había miembros de las etnias pastún, punyabí y mohayir. Estas etnias, entrelazadas con grupos armados y siglas políticas, protagonizan una pugna por el poder en Karachi, donde las fuerzas de seguridad se han mostrado incapaces de detener las olas de violencia.
Tan sólo en julio, unas 300 personas perdieron la vida a causa de la violencia en esta ciudad de 18 millones de habitantes que busca ser el motor económico del país asiático.