Al menos diez personas murieron hoy y 40 resultaron heridas en un doble atentado suicida registrado en un popular santuario de una corriente islámica minoritaria en la ciudad paquistaní de Karachi (sur), informó una fuente policial.
Los suicidas activaron las cargas explosivas que portaban con pocos minutos de diferencia, hacia las 18.40 horas locales (13.40 GMT), cuando cientos de personas estaban congregadas en la mezquita, según la fuente.
De acuerdo con esta versión, uno de los terroristas se inmoló en la entrada, mientras que el otro hizo lo propio en el interior del santuario, perteneciente a la rama mística y moderada sufí y situado en Clifton, un barrio costero de la populosa metrópoli financiera.
La policía acordonó la zona, al tiempo que los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos, según los medios paquistaníes.
El atentado ha ocurrido durante una visita a la ciudad del presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, quien es originario de la provincia de Sindh -cuya capital es Karachi- y tiene una residencia a pocos kilómetros del lugar de los hechos.
Situado en una posición elevada junto a la playa, a las puertas del mar Arábigo, y pintado de verde, el templo está dedicado al santo sufí del siglo XVI Abdulá Shah Ghazi, y es un destino habitual de multitud de fieles, especialmente los jueves, cuando también tienen lugar cantos devocionales.
El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó el "atroz acto de violencia", "que refleja las mentes trastornadas de los terroristas", y ordenó la apertura de una investigación, según un comunicado difundido por su oficina.
Los grupos insurgentes paquistaníes, en su mayoría ortodoxos suníes, han centrado sus acciones de los últimos meses en ataques contra corrientes islámicas minoritarias, como los propios sufíes, atacados ya el pasado julio en la ciudad de Lahore (este), los chiíes o los ahmedis.
Karachi, que con unos 18 millones de habitantes es la urbe más poblada de Pakistán, es escenario habitual de continuos episodios de violencia étnico-política, aunque también se registran en ella con cierta frecuencia ataques de carácter sectario.
A pesar de que el país está colapsado por las peores inundaciones de su historia, que han dejado a más de 21 millones de personas afectadas, la violencia no da tregua a Pakistán, donde esta semana ha habido varios ataques en distintos puntos contra camiones que transportan suministros a las fuerzas internacionales en Afganistán.
El Ejército paquistaní se halla actualmente enfrascado en operaciones antitalibanes en diversas demarcaciones del conflictivo noroeste del país y de las adyacentes áreas tribales fronterizas con Afganistán.