Al menos 28 personas, incluyendo tres policías y siete insurgentes, han muerto en un ataque talibán a diversos edificios oficiales en Tirinkot, la capital de la sureña provincia afgana de Uruzgán.
El ataque se inició poco después del mediodía (hora local) y se dirigió contra un complejo del Gobierno regional, la jefatura de Policía y la sede de la radio pública, según un comunicado del Ministerio del Interior afgano.
El comando insurgente, que hizo explotar una motocicleta bomba cerca de la sede policial, estaba integrado por siete miembros fuertemente armados y vestidos con chalecos explosivos, que dos de los atacantes consiguieron detonar.
Tras casi cinco horas de combate, las fuerzas de seguridad afganas, con apoyo internacional, consiguieron abatir a los cinco talibanes restantes y recuperar el control de la ciudad.
Un portavoz de la misión de la OTAN, Tim James, reconoció a Efe que el contingente aliado prestó asistencia aérea y terrestre a las tropas locales en su esfuerzo para repeler el ataque.
Según el comunicado del Interior, los asaltantes acabaron con la vida de 21 personas -18 de ellas civiles, incluyendo varios niños- y dejaron 38 heridos, por lo que no se descarta que el número final de víctimas mortales pueda acabar siendo mayor.
Entre los fallecidos está un periodista afgano que trabajaba para el servicio en lengua pastún de la cadena británica BBC y para la agencia afgana Pajhwok, según fuentes de ambos medios, que identificaron al fallecido como Omeed Kheplwak.
Un comunicado de los talibanes reconoció la autoría del ataque múltiple, pero situó el número de muertos en 65, incluyendo seis soldados estadounidenses.
La acción de los insurgentes en Tirinkot llega en el marco de una campaña de ataques contra objetivos y cargos gubernamentales que se ha centrado especialmente en figuras del sur del país.
Los rebeldes afganos mataron ayer con un atentado suicida a Ghulam Haider Hamidi, alcalde de la emblemática ciudad sureña de Kandahar, considerada el bastión espiritual de los insurgentes y que fue capital del país durante el régimen talibán (entre 1996 y 2001).
Hace solo dos semanas, también fue asesinado el hermanastro del presidente Karzai y jefe del Consejo Provincial de Kandahar, Ahmed Wali Karzai, considerado el hombre más poderoso del sur afgano.
El pasado 17 de julio, los rebeldes acabaron con la vida del influyente exgobernador de la provincia de Uruzgán y estrecho colaborador presidencial Jan Mohamed Khan durante un espectacular ataque contra su residencia en Kabul.
El asalto de hoy también se inscribe en la estrategia talibán de lanzar ataques suicidas a gran escala.
A inicios de mayo los rebeldes mantuvieron en jaque durante dos días a las fuerzas de seguridad afganas tras tomar varios edificios oficiales en Kandahar en una acción que dejó 30 muertos incluidos los 26 atacantes.
Hace un mes, un comando insurgente se atrincheró durante toda una noche en el emblemático Hotel Intercontinental de Kabul, un ataque que acabó con una veintena de personas, entre ellas un piloto español que pernoctaba en el establecimiento.
El conflicto afgano se encuentra en un momento clave ya que este mes se han iniciado tanto la retirada de las tropas de EEUU como el traspaso a las fuerzas afganas de las competencias de seguridad del país.