Estados Unidos afronta una ola de frío polar que, de momento, ha causado siete muertos, seis de los cuales en el estado de Nueva York, y ha atrapado a más de 100 conductores en las carreteras del oeste del estado durante un día y medio.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró el estado de emergencia en diez condados y pidió a los ciudadanos de las zonas afectadas, colindantes con los Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá, que no saliesen de sus domicilios hasta que el temporal de frío desaparezca. "La madre naturaleza nos está enseñando una vez más quién es el que manda", dijo en rueda de prensa en Erie County.
La tormenta de nieve ya ha provocado la muerte de seis ciudadanos de Buffalo (Nueva York), población en la que la nieve ha superado el metro y medio de altura. El alcalde de la ciudad, Byron Brown, declaró que limpiar las carreteras del sur de la ciudad ha sido una tarea "lenta" y que "aún queda un largo camino que recorrer" antes de que la situación esté bajo control.
Las autoridades de Buffalo indicaron que cuatro de los fallecidos en el estado de Nueva York murieron de un ataque al corazón mientras quitaban la nieve con las palas, otro sufrió un accidente de coche y el último, un hombre de 46 años, fue encontrado muerto en el interior de su vehículo.
Además, un autobús se quedó atrapado durante un día y medio en una autopista interestatal atestada de coches abandonados. Tras 34 horas encerrados fueron rescatados por la policía estatal, que los encontró hambrientos y agotados.
En otra autopista del estado al menos 100 coches y camiones estuvieron atrapados toda la noche y fueron rescatados 30 horas más tarde, por lo que algunos conductores, como un camionero explicó a un medio local, anduvieron por la nieve hasta una gasolinera, donde compraron comida para otros afectados.
El autocar en que viajaban las jugadoras del equipo femenino de baloncesto de la universidad de Niágara fue uno de los vehículos detenidos en la autopista y las deportistas esperaron más de 24 horas a que llegase la ayuda.
Las autoridades cerraron la vía para evitar estas situaciones, pero el camionero Samuel Martin afirmó a Buffalo News: "abandonaron por completo esta autopista cuando decidieron cerrarla. No he comido durante un día y medio".
Ante esta situación en las carreteras, el gobernador Cuomo aseveró que, aunque "no hay una forma perfecta de gestionar esto", la "responsabilidad" reside en los conductores que continuaron conduciendo aún estando la autopista cerrada.
"Cuando les pedimos que se queden en casa, realmente quédense en casa. Ir por las carreteras es peligroso e innecesario", insistió el gobernador a los ciudadanos, a los que pidió "ser buenos vecinos" y comprobar si los mayores o las personas con necesidades especiales requieren asistencia por la enorme ola de frío polar.
Según Cuomo, esta tormenta de nieve es "un hecho histórico" porque puede romper récords, lo que representará "una gran suma de dinero" cuando se contabilice el total de pérdidas. La noticia positiva ha sido el nacimiento de la pequeña Lucy Grace Hojnacki después de que su madre, Bethany, residente en el sur de Buffalo, no pudiese llegar al hospital por las fuertes nevadas.
Bethany y su marido, Jared, decidieron dejar a su primer hijo en casa de sus abuelos para buscar un sitio en el que pudiese dar a luz y, por el camino, Jared ayudó a una conductora que se había quedado atrapada en su coche.
La conductora resultó ser pediatra y, cuando el viaje hacia el hospital resultó imposible, ayudó a la embarazada a dar a luz en una estación de bomberos. La pequeña y la madre se encuentran bien y fueron trasladadas a un hospital cercano la mañana siguiente. En cerca de la mitad del país han caído nevadas en las últimas horas, con el noroeste del estado de Nueva York como una de las zonas más afectadas.
La inusual intensidad de estas tormentas antes de la llegada de diciembre no solo se ha concentrado en el noreste de Estados Unidos, sino que también ha azotado al suroeste y sur del país con temperaturas por debajo de los 6 grados Celsius bajo cero.
Los meteorólogos han achacado este temporal al choque de una ola de frío ártico sobre la región de los Grandes Lagos, en la frontera entre Canadá y los Estados Unidos. Esta mañana ha sido la más fría registrada en un mes de noviembre en este país desde 1976, con una media nacional en los termómetros de 7 grados Celsius bajo cero.