Polonia asumió hoy la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) con "energía y entusiasmo", según dijo el primer ministro polaco, Donald Tusk, cualidades que serán necesarias para impulsar las reformas económicas, luchar contra la deuda en la zona euro y lograr el crecimiento. Tusk recomendó que algunos países como España y Grecia pongan en marcha más reformas laborales para promover el crecimiento. "Puedo recomendar sin duda un enfoque más flexible de los mercados laborales a España y Grecia", afirmó Tusk en una reunión con un grupo de periodistas europeos, con motivo del inicio de la presidencia polaca de la Unión Europea (UE).
La primera presidencia polaca en la historia, llega en "momentos difíciles", reconoció Tusk tras recibir de su homólogo húngaro, Víctor Orban, el relevo al frente de la UE.
El jefe del Gobierno polaco aseguró que no quiere "enseñar lecciones a nadie", ya que "no hay una panacea universal" para la crisis, pero sí destacó la experiencia positiva de su país con diversas reformas, como la flexibilización del mercado laboral "sin revoluciones".
Tusk recordó que Polonia tiene un límite constitucional del techo de endeudamiento (60 % del PIB), un régimen "muy restrictivo" de supervisión bancaria y un sistema fiscal "muy represivo" con el fraude.
También explicó que su Gobierno "fue el único" en la UE que decidió recortar el gasto tras la quiebra del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers, mientras que otros ejecutivos comunitarios pusieron en marcha medidas de estímulo. "Lo hicimos un año antes y nos dejó en buena posición" ante el estallido de la crisis, resaltó.
A pesar de esas dificultades, el jefe de Gobierno polaco confía en que los próximos seis meses sean un éxito para Polonia, un país que, "aunque no es el miembro más importante de la Unión Europea o el que tiene mayor potencial económico, sí es el primero en cuanto a energía y optimismo, algo que se va a volcar en este mandato".
OBJETIVOS DEL SEMESTRE
Entre los objetivos de esta presidencia Tusk apuntó a la rúbrica de la adhesión de Croacia a la Unión como la "guinda del pastel". Y es que Polonia está decidida a impulsar el crecimiento de la UE y la cooperación con los estados vecinos, porque esto garantizará "la estabilidad a las puertas de Europa".
Sin duda el principal acento del mandato polaco será la política hacia los vecinos de la Unión, especialmente las antiguas repúblicas soviéticas, con la cumbre del Partenariado Oriental como momento estrella de este semestre.
Varsovia quiere que la Unión Europea firme un acuerdo de libre comercio con Ucrania, e incluso no descarta incluir a Moldavia y Georgia, al tiempo que se postula para liderar los esfuerzos en la democratización de la vecina Bielorrusia, sin olvidar la situación del norte de África y de Oriente Medio.
La seguridad energética común y una mayor unión militar son otras de las prioridades de Polonia, que comienza su presidencia apelando al principio de solidaridad entre los países miembros, siempre con el objetivo de encontrar un espacio común de acuerdo.
El consenso será necesario para superar las dificultades de Grecia, la adopción de reformas económicas y la negociación del futuro presupuesto de la UE para el periodo de 2014 a 2020. Como principal beneficiaria de los fondos de cohesión, Polonia apuesta por aumentar el presupuesto comunitario, frente a otros socios como Gran Bretaña u Holanda, que abogan por el recorte.
Antes, durante un encuentro con periodistas extranjeros, el jefe del Gobierno polaco se mostró preocupado porque la crisis ha dado fuerzas a los euroescépticos, e insistió en que los principios básicos de la Unión Europea no deben ser modificados. "Este invento puede funcionar eficazmente para responder a las situaciones críticas con más Europa", aseguró.
Durante los últimos meses, Tusk, premio Carlomagno en reconocimiento a su europeísmo, ha mostrado su oposición a cualquier limitación del tratado de Schengen o a posibles recortes en el presupuesto comunitario, al considerar que esas medidas supondrían un paso atrás en la construcción europea. "El mandato polaco quiere ejercer un liderazgo político colectivo" y apostar por Europa frente a las dificultades, recordó.
Las elecciones parlamentarias polacas, que tendrán lugar el próximo mes de octubre, servirán para medir si los ciudadanos polacos están satisfechos con su presidencia y con la labor del Gobierno liberal, al frente del país desde 2007. Por su parte, la oposición conservadora y nacionalista, liderada por Jaroslaw Kaczynski, ha criticado con fuerza los objetivos de Polonia para esta presidencia, ya que considera que son "poco ambiciosos" y "no permitirán aprovechar la oportunidad" que se presenta este semestre.