La junta militar de Tailandia ha recibido el visto bueno del rey Bhumibol Adulyadej para asumir el Gobierno del país, tras tomar el poder en un golpe de estado que los militares han justificado como necesario para restablecer la paz y el orden.
El jefe del Ejército, el general Prayuth Chan-ocha, compareció vestido de blanco junto a otros generales en la ceremonia a puerta cerrada que lo confirmó formalmente como líder del Consejo Nacional para la Paz y el Orden, nombre oficial del nuevo régimen.
Prayuth defendió la intervención del Ejército tras casi siete meses de protestas antigubernamentales, en las que han muerto 28 personas y unas 800 han resultado heridas, y ante el riesgo de violencia entre detractores y partidarios del Gobierno depuesto.
En su primera rueda de prensa tras la asonada, el líder de la junta, cuyo nombramiento ya ha sido publicado en la Gaceta Real, aseguró que se organizarán elecciones generales tan pronto como sea posible y se restablezca la calma pero evitó concretar cuándo. Tampoco dio detalles sobre la formación de un nuevo Gobierno y el nombramiento de un nuevo primer ministro.
El general, además, instó a la prensa a no magnificar el conflicto y anunció una pronta relajación de medidas impuestas tras el golpe como el toque de queda nocturno del que dijo que todavía es necesario.
"No estoy aquí para luchar sino para arreglar. Pero haré lo que haga falta (para arreglar la crisis política)", dijo Prayuth que pidió paciencia y comprensión a la población en declaraciones citadas por el diario The Nation.
La junta militar, que en los últimos días ha afianzado su poder con la disolución del Senado y la purga de altos cargos de la Policía, había anunciado su intención de impulsar un proceso de reformas políticas y económicas.