Al menos ocho personas han muerto y cerca de una decena están desaparecidas por las fuertes lluvias y riadas que desde el fin de semana han anegado numerosas regiones de Alemania, la República Checa y Austria, y amenazan con llegar a Hungría, Eslovaquia y Polonia.
En Alemania, donde se registró una de las muertes, la situación es dramática, especialmente en algunas regiones del estado de Turingia, en el este del país, y en la ciudad de Passau (Baviera), donde el centro histórico está anegado desde hace dos días.
Brigadas de soldados han sido enviadas hoy para participar en las labores de contención de las riadas y para reforzar los diques con sacos terreros.
El gobierno bávaro ha activado la alarma en amplias zonas de ese estado federado, después de que ayer se registraran niveles de 9,2 metros en el río Eno y de hasta doce metros en el Danubio.
Las masas de agua de esos ríos corren hacia Austria, donde el número de víctimas mortales se ha elevado hoy a dos, después de que en el occidental Estado federado de Vorarlberg se encontrara sin vida el cuerpo de un hombre de 58 años que estaba desaparecido.
En la república alpina la crecida de las aguas afectó especialmente los Estados federados de Voralberg, Tirol, Salzburgo, Alta Austria y Baja Austria.
Según la emisora pública ORF, aunque en algunos Estados como Salzburgo o Tirol la situación meteorológica se ha calmado, las autoridades mantiene la "alerta por catástrofe" en estas regiones, así como en las de Viena, Alta Austria y Baja Austria.
El cierre al tráfico hoy de más un centenar de carreteras en Baja Austria se sumó al bloqueo de otras en los Estados federados de Vorarlberg, Tirol, Salzburgo y Alta Austria, donde además de las riadas se han registrado numerosos desprendimientos de tierra, aseguró la asociación de ayuda en carretera ÖAMTC.
Si la lluvia no remite, se teme que el nivel del río Danubio pueda igualar al de las riadas del año 2002, que fue el más alto en los últimos cien años.
En la República Checa, el número de víctimas mortales ascendió hoy a cinco, con la muerte de un hombre de 69 años tras caer en el desagüe del alcantarillado en la región de Klatovy, informaron fuentes policiales a la agencia checa CTK.
El gobierno checo ha declarado el estado de emergencia en gran parte del país, incluida la capital, Praga, donde hoy se esperaba que el río Moldava alcanzara su nivel máximo y las autoridades se afanan por proteger el casco histórico de la ciudad.
Además, anoche más de 2.600 personas tuvieron que ser evacuadas por los bomberos en las zonas más amenazadas por los desbordamientos.
Por peligro de inundación se ha restringido el tráfico y cerrado varias estaciones de metro en el centro de Praga. También se han cerrado los Museos Kampa, Smetana, Náprstek y el de la Música Checa, cuyas colecciones fueron trasladadas a lugares más seguros, lejos del río Moldava.
Las inundaciones han afectado también, aunque en menor medida, las regiones del suroeste de Polonia, y los meteorólogos han advertido de nuevas precipitaciones que pueden empeorar la situación.
"Se esperan niveles máximos (del río Danubio) de alrededor de 860 centímetros en Budapest, lo que equivale a los más altos registrados", alertó hoy Béla Molnár, de la Dirección General de Aguas.
Eslovaquia se prepara también para proteger sus ciudades y campos, pero especialmente la capital, Bratislava, de la crecida del Danubio.