Un exmarine afroamericano mató este domingo en el día de su cumpleaños a tres policías e hirió a otros tres en Baton Rouge (Luisiana), en un incidente similar al de hace diez días en Dallas (Texas), en el que otro exmilitar negro asesinó a cinco.
El autor de esta nueva matanza de policías fue identificado como Gavin Eugene Long, un antiguo infante de marina que hoy mismo cumplía 29 años y que resultó muerto en el intercambio de disparos con la policía, en el que también hirió a otros tres agentes.
En un principio las autoridades había informado de que en el ataque habían participado tres personas, pero luego reconocieron que Long participó solo en el tiroteo, aunque detuvieron a otros dos sospechosos de haber estado vinculados con este suceso. El exmarine, de Kansas City, en el también sureño estado de Misuri, fue identificado por los medios locales como una persona de raza negra, aunque las autoridades no han confirmado este extremo.
El tiroteo se produjo después de que hacia las 08.40 de la mañana (14.40 GMT) la policía recibiese una llamada que daba cuenta de la presencia de un individuo sospechoso armado con un fusil de asalto caminando por la carretera Airline, que pasa frente al cuartel policial de Baton Rouge.
A su llegada al lugar, los agentes fueron recibidos a tiros por el sujeto, que según testigos, empezó a disparar indiscriminadamente contra los agentes, en lo que parecía una emboscada en la que las autoridades creyeron que Long había tenido dos cómplices. Eso dio lugar a una intensa búsqueda en la que participaron diferentes agencias policiales con retenes en calles y carreteras, sobrevuelo de helicópteros y registros por toda la ciudad.
Los tres policías heridos, pertenecientes dos de ellos al Departamento de Policía de Baton Rouge, de 41 y 32 años de edad, y a la Oficina del Sheriff del distrito este de la ciudad el tercero, de 45 años, fueron trasladados a hospitales cercanos en estado grave. Uno de ellos, según la policía, está en situación crítica.
Las autoridades indicaron que el exmarine iba vestido con lo que parecía un uniforme de combate negro, llevaba el rostro cubierto y, según algunos medios, iba protegido con un chaleco antibalas. El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, calificó de "totalmente injustificado" el ataque, que tuvo lugar dos días después del entierro de Alton Sterling, el afroamericano de 37 años al que dos policía blancos dispararon a quemarropa en Baton Rouge cuando ya lo tenían inmovilizado en el suelo durante su detención.
Aunque no se ha especulado sobre los motivos del ataque, éste se produjo algo más de una semana más tarde que otro habido en Dallas (Texas) durante una protesta contra el caso de Sterling y contra la muerte de otro negro de 32 años a manos de la policía en Minesota tras ser detenido en su vehículo por una infracción de tráfico.
En ese otro caso, Micah X. Johnson, otro exmilitar negro de 25 años, actuando como un francotirador, logró matar a cinco policías y herir a otras siete personas, dos de ellas civiles, antes de ser eliminado con la ayuda de un robot al que adosaron explosivos. En el tiempo que estuvo atrincherado y sitiado por los agentes, Johnson dijo antes de morir que su deseo era matar "policías blancos" debido a los recientes incidentes de violencia policial.
La muertes de Sterling y de Philando Castile, como se llamaba la víctima de Minesota, que han sido enmarcados por los activistas negros en una ola de violencia policial contra los afroamericanos, fueron registrados en vídeos y posteriormente divulgados por las redes sociales y medios de comunicación, lo que generó indignación.
En medio de esta situación de tensión racial, las autoridades policiales ya habían advertido sobre amenazas contra la seguridad de los agentes locales que consideraban "creíbles". De hecho, el pasado martes la policía de Baton Rouge había informado de la detención de tres personas que habían robado armas supuestamente para atentar contra uniformados.
Los detenidos, tres jóvenes de 13, 17 y 20 años, habían asaltado una tienda de armas el fin de semana previo, y uno de ellos confesó que tenían intención de matar a uniformados de Baton Rouge en represalia por la muerte de Sterling, según la policía.
En una escena repetida varias veces en los últimos días, el presidente, Barack Obama, compareció hoy ante la prensa para hacer un llamado a todos los estadounidenses a "centrarse en estar unidos" y "templar las palabras" sin importar la ideología política.
"Es muy importante que, sin importar el partido político, la raza o la profesión (...) todo el mundo se centre ahora en palabras y acciones que puedan unirnos como país en vez de en aquellas que nos dividan más", dijo el mandatario en alusión a la próxima celebración, este mes, de las convenciones de los dos partidos.
En las convenciones "tiende a calentar la retórica política", aseguró Obama sin aludir directamente a la retórica incendiaria del virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump. Antes de la comparecencia de Obama, en su reacción al tiroteo en Baton Rouge, el magnate neoyorquino, que se ha proclamado como el "candidato de la ley y el orden", denunció la falta de liderazgo y se preguntó "cuántas personas y agentes de la ley tienen que morir" en EEUU debido a esa falta de liderazgo.
En un tono más el línea con el de Obama, la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, hizo un llamamiento a la unidad de los estadounidenses "para rechazar la violencia". El país ha vivido repetidos episodios de tensión racial en los últimos tiempos, especialmente tras la muerte en Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.