La estadounidense Sarah Shourd, que llegó hoy a su país después de que Irán la pusiera en libertad tras más de un año de cárcel por supuesto espionaje, negó hoy públicamente que ella o sus dos compañeros cometieran ningún delito.
En una comparecencia ante la prensa en Nueva York, en la que no aceptó preguntas, Shourd, de 32 años, consideró la detención de los tres "un enorme malentendido" y expresó su "sincero agradecimiento" a las autoridades iraníes por su liberación. "Espero que el mundo no deje sin reconocimiento este gesto", indicó la excursionista, que consideró su liberación "un paso en la buena dirección para todos nosotros".
NO SE SIENTE LIBRE
Pese a ello, reconoció, sólo se siente "una tercera parte libre" puesto que sus compañeros, su novio Shane Bauer y Josh Fattal, permanecen en prisión. La joven, que compareció acompañada de su madre, Nora, y las madres de Bauer y Fattal, aseguró que cuando fueron detenidos "no teníamos idea de que estuviéramos cerca de Irán. Si estábamos, la frontera ni estaba marcada ni se podía distinguir. Nunca tuvimos intención de entrar en Irán".
Shourd aseguró que "no culpo al pueblo iraní" de su prisión y aseguró que "ha llegado el momento de aclarar el malentendido que llevó a nuestro encarcelamiento".Expresó asimismo la esperanza de una mejora en las relaciones diplomáticas entre Irán y EEUU -inexistentes desde 1979, cuando militantes iraníes tomaron como rehenes a 66 estadounidenses en la embajada de EEUU en Teherán- y de que la presencia de Fattal y Bauer, mientras aguardan su liberación, "sirva de puente entre nuestras abatidas naciones".
PROCEDENTE DE OMÁN
Shourd llegó a Estados Unidos procedente de Omán, donde fue entregada por las autoridades iraníes tras el pago de una fianza de 500.000 dólares. Shourd fue detenida junto a Bauer y Fattal el 31 de julio de 2009 cuando, según dijeron, hacían senderismo en el Kurdistán iraquí y entraron por error en territorio iraní. Las autoridades iraníes acusaron a los detenidos de haber entrado de forma ilegal en el territorio iraní para cometer actos de espionaje. Si Fattal y Bauer son llevados ante los tribunales iraníes y declarados culpables de espionaje, podrían ser incluso condenados a muerte.
El Gobierno de EEUU asegura que ninguno de los tres es un espía y que se trata de simples excursionistas que trataban de pasar un día agradable en el Kurdistán iraquí y atravesaron de modo inadvertido la frontera con Irán. La comparecencia de Shourd ante los medios se produce cuando el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, llegara hoy a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU esta semana entrante.
INTERCAMBIO DE PRESOS
En declaraciones al programa "This Week", de la cadena ABC, Ahmadineyad pareció proponer un intercambio de presos al pedir a EEUU la puesta en libertad de ocho iraníes que, según él, están retenidos de modo ilegal en cárceles de este país. El presidente iraní consideró la puesta en libertad de Shourd "un enorme gesto humanitario".
"Por eso creo que no estaría fuera de lugar pedir que el Gobierno iraní adoptara un gesto humanitario y pusiera en libertad a los iraníes que fueron detenidos de modo ilegal en EEUU", señaló.
Ahmadineyad, que hoy se reunió con el secretario general de las Naciones Unidas, no mencionó los nombres de esos presos.
El presidente iraní no indicó si Fattal y Bauer podrían quedar en libertad e insistió en que deben ser los tribunales los que se ocupen del caso. "Daría una recomendación, pero el caso tiene que ser examinado. Violaron la ley", sostuvo.
El caso de Shourd y sus compañeros ha enrarecido aún más, si cabe, los contactos entre Washington y Teherán.
EEUU exige a Irán que ponga fin a sus intentos de enriquecer uranio, que considera que tienen como objetivo la fabricación de armamento nuclear, mientras que Teherán asegura que su programa nuclear tiene únicamente fines pacíficos.