El aspirante republicano Mitt Romney, que ha visto como sus dos principales rivales suspenden sus campañas, ha comenzado hoy a preparar su ataque electoral contra el presidente Barack Obama aglutinando apoyos y en busca del voto de los indecisos.
El ex gobernador de Massachusetts, que suma el mayor número de delegados antes de la convención republicana, ha visto su camino despejado con la suspensión ayer de la campaña del ex senador de Pensilvania Rick Santorum y la concesión de la etiqueta de favorito por parte del ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich.
Ahora Romney, que pese a haber recaudado más dinero que sus rivales y ser favorito desde el principio no se ha ganado el voto de amplias bases del partido en la contienda interna del partido, debe atraer a grupos en los que no cala, como mujeres, afroamericanos o independientes.
Otra de las tareas pendientes de Romney será unir a su campaña las figuras de Santorum o Gingrich, que lo han criticado durante meses y le han conseguido arañar un valioso número de delegados.
"Espero que cuando finalmente me convierta en nominado, y espero que eso suceda pronto, todos hagamos campaña y trabajemos juntos", indicó hoy Romney en una entrevista con Fox News.
"Compartimos las mismas ideas sobre el curso que debe tomar la nación y en el hecho de que bajo este presidente, Estados Unidos no va por el buen camino", indicó Romney en un tono conciliador que por el momento no le ha servido para conseguir el apoyo de los aspirantes que han frenado sus campañas.
Por el momento, los Santorum y Gingrich no han tirado del todo la toalla y mantendrán sus delegados, probablemente hasta la convención republicana de finales de agosto en Tampa (Florida).
El director de comunicación de Santorum, Hogan Gidley, dijo hoy que no hay garantías de que Santorum se sume a la campaña de Romney, "después de lo que ha sido una dura y amarga campaña".
Una encuesta publicada ayer por ABC News/Washington Post muestra que Obama lidera por el momento las opciones de voto con un 57 % frente al 38 % de Romney.
Hoy, Romney comenzó a ganarse el voto femenino, un importante grupo de votantes, que se han alejado de los republicanos por su discurso tradicionalista y en contra de la planificación familiar realizada por las mujeres.
Rodeado de mujeres, Romney comenzó a centrarse en atacar a Obama, al que acusó de ser responsable con su política económica de la falta de oportunidades para las mujeres.
No obstante, las encuestas más recientes muestran que el voto femenino se inclina mayoritariamente a favor de Obama.
Los analistas políticos también señalan como puntos débiles la falta de calado de Romney entre los votantes independientes, así como entre los republicanos afroamericanos o los hispanos.
Columnistas republicanos barajan la posibilidad de que Romney avance entre estos colectivos con la elección de su candidato a vicepresidente, en cuya lista algunos medios ponen a la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice o a Marco Rubio.