La comunidad internacional promete a la nueva Libia fondos e independencia

  • Se van a poder descongelar 15.000 millones de dólares
  • Gadafi amenaza con guerra de guerrillas mientras rebeldes aplazan ultimátum

Cerca de seis meses después del comienzo de la operación aliada contra el régimen de Muamar al Gadafi, la comunidad internacional se unió hoy en torno al Consejo Nacional libio de Transición (CNT) para ayudarle a emprender con sus propios medios la reconstrucción del país. Delegaciones de sesenta países y organizaciones internacionales, que incluyeron a naciones opuestas o con reticencias en el pasado a la intervención militar, mostraron hoy un frente común que comenzó con el anuncio de devolverle al país los bienes bloqueados por la resolución del Consejo de Naciones Unidas.

15.000 MILLONES DE DÓLARES

De manera "inmediata", según dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se van a poder descongelar 15.000 millones de dólares, pero todos los participantes estuvieron de acuerdo en poner a disposición de las autoridades rebeldes, "lo antes posible", el resto de bienes intervenidos o bloqueados en el extranjero, cuya cuantía total se estima en 50.000 millones. No se dio por hecho que el combate en el país ha terminado, pero se consideró, según la declaración final, que "la caída de Gadafi es certera", y que hasta que el líder libio siga siendo una amenaza para la población, la OTAN mantendrá los bombardeos.

Y aunque persistan focos de resistencia, "una nueva fase se está abriendo", añadieron, y en la misma, les corresponde a los libios decidir su futuro y el del dictador una vez que sea localizado, si bien la ONU "jugará un papel central para coordinar los esfuerzos internacionales en apoyo de la transición política y de la reconstrucción". Sarkozy y el primer ministro británico, David Cameron, impulsores de este encuentro y copresidentes del mismo, estuvieron flanqueados en la presentación de las conclusiones por el presidente del CNT, Mustafa Abdelyalil, por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y por el emir de Qatar, Cheij Hamad Bin Jalifa Al Thani. "La población libia ha demostrado a todo el mundo que quería democracia y libertad, y que es un pueblo musulmán que respeta todos los compromisos", subrayó Abdelyalil, que consideró el respeto del derecho y de la Justicia "extremadamente importante" en esta nueva etapa.

TRANSICIÓN HACIA LA DEMOCRACIA

Evitar las represalias fue una de las necesidades subrayadas no solo por esos interlocutores, sino también por otros como la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, según la cual la mejor manera de ayudar al país a emprender la transición hacia la democracia es lograr la reconciliación con las fuerzas de Gadafi. No apuntaron haber hablado de negocios en esta cita, pero a nadie se le escapa que en la reconstrucción de las infraestructuras la participación de otros países puede ser tan importante como los beneficios que de ella se generen.

El diario Libération indicó hoy por ejemplo que supuestamente el CNT firmó un "acuerdo secreto" con Francia por el que a cambio de su respaldo "total y permanente" durante el conflicto, una vez terminado garantizaría el 35 % del total del petróleo bruto del país a empresas francesas, algo no confirmado por ninguna de las partes.

GADAFI AMENAZA CON GUERRA DE GUERRILLAS MIENTRAS REBELDES APLAZAN ULTIMÁTUM

Desafiante, pero todavía huido, el líder libio, Muamar Gadafi, instó hoy a los hombres que le quedan fieles a mantener en alto las armas y advirtió que pretende recuperar el país lanzando una guerra de guerrillas. El mensaje, aireado por la televisión por satélite siria Al-Rai, coincidió este jueves con la decisión de los rebeldes de prolongar una semana más el ultimátum dado a los leales gadafistas que resisten en Sirte, cuna del dictador.

Los insurrectos, que acantonan tropas y pertrechos en los pueblos cercanos, pretenden evitar un baño de sangre en esta ciudad costera de unos 100.000 habitantes en el que parece que se atrincheran unos 20.000 hombres armados leales al clan del tirano. A ellos, y a los que todavía resisten en localidades como Bani Walid y Sebha -ambas al sur de Trípoli, en el balcón del desierto- dirigió la arenga Gadafi en un día hasta la fecha muy señalado: este jueves se celebraba el 42 aniversario de la revolución militar que le aupó al poder y derrocó a la monarquía.

"Libia no se rendirá y no será colonizada. Lucharemos contra ellos estén donde estén, y arrasaremos la tierra que pisen. No hallarán descanso ni sueño en nuestra tierra", afirmó con voz agrietada y altisonante. "La resistencia crece en Trípoli, que también liberaremos palmo a palmo. La bandera verde volverá a ondear en todas nuestras fronteras, desde Argelia a Níger, Chad y la orilla del Mediterráneo", agregó.

La amenaza de Gadafi fue calificada de bravata "miserable y desesperada" por el ministro rebelde libio de Interior, Ahmad Darrat, quien insistió en que el dictador huido está perdido y sin posibilidades ya de victoria. "Es un discurso desesperado y miserable. La revolución ha salido triunfante y la mayor prueba de ello es la presencia de más de un millón de personas en la plaza Verde (de Trípoli)", aseguró el ministro.