A cuatro meses para las elecciones en Venezuela, el chavismo ensalza la imagen del presidente Hugo Chávez con carteles, anuncios y hasta gigantescos muñecos hinchables ante las reducidas apariciones mediáticas del mandatario, operado de un cáncer hace uno año.
Como si de una versión del Cristo de Corcovado se tratara, un Chávez hinchable de cinco metros, con el puño en alto, camisa roja y sonriente saluda desde las alturas a los caraqueños.
Ubicado en el tejado de un supermercado gubernamental en el barrio caraqueño y bastión chavista 23 de Enero, el hinchable forma parte de un conjunto de muñecos traídos desde China y distribuidos recientemente por el Parlamento del país a algunos colectivos oficialistas.
"Es un orgullo para nosotros tenerlo ahí. Un líder mundial representado así sea en un muñeco de aire, pero que dice mucho porque es un bisonte, un toro", aseguró a Efe Edgar Levis, del colectivo Camilo Cienfuegos, uno de los encargados de colocarlos.
Pero estos particulares muñecos no son el único reclamo propagandístico que el Gobierno venezolano ha desplegado para tratar de paliar la marcada ausencia de un presidente que había acostumbrado a los venezolanos a su omnipresencia.
Desde que fue operado de cáncer hace un año, Chávez ha reducido drásticamente sus apariciones televisivas desde un histórico 2008, cuando realizó 186 en cadena nacional obligatoria y habló casi 173 horas al país, hasta las 38 de este año que sumaron poco más de 70 horas y con apenas tres emisiones de su célebre Aló Presidente, según cifras de la ONG Súmate.
Con la mirada puesta en las elecciones del 7 de octubre, en las últimas semanas, carteles gigantes con fotografías de Chávez se han multiplicado por las calles de Caracas mientras en los periódicos el presidente venezolano copa anuncios a página completa y en la televisión del Estado reproducen clips emotivos del mandatario.
"Hay una gran estrategia diseñada por el aparato del Gobierno para tratar de cualquier manera de hacer presente a un Chávez que no está presente", consideró Alberto Barrera, periodista y coautor "Hugo Chávez sin uniforme", biografía del gobernante.
Señaló, por ejemplo, como los ministros -encargados ahora de encabezar la mayoría de actos televisados- repiten incansablemente que están "en nombre del presidente" y usan, incluso, un himno nacional grabado por Chávez para arengar a sus incondicionales.
Reflejar un "mensaje de amor entre pueblo y presidente" es, justamente, uno de los principales objetivos de la publicidad gubernamental, dijo a Efe la directora de comunicación y propaganda de la campaña de Chávez, la ministra de Juventud, Maripili Hernández.
Integrante de todos los equipos de campaña desde que el exmilitar ascendió al poder en 1999, Hernández indicó que no se ha incrementado la publicidad a raíz del cáncer presidencial y que, de hecho, su equipo prefiere focalizarse en el trabajo de calle aunque sin olvidar la "orientadora" propaganda.
Reproducir la imagen de Chávez es "fundamental", aseguró.
"Primero porque es el candidato, pero es que además es el gran líder de Venezuela y no hay manera de hablar del tema político, del tema electoral sin que Chávez esté presente", añadió.
Unos 14 millones de dólares están contemplados en los presupuestos del Estado para la promoción presidencial en 2012, aunque el diputado opositor Carlos Berrizbeitia considera, según dijo a Efe, que la cifra no se ajusta a la realidad porque no incluye la publicidad hecha a través de otros órganos estatales.
Además, el Gobierno inyectó este martes casi 280 millones de dólares al Ministerio de Comunicación; una cantidad que en contexto electoral se destinará en su "su mayoría" a la publicidad, según el opositor.
Para el profesor de Ciencias Políticas Friedrich Welsch, de la Universidad Simón Bolívar (USB-pública), la propaganda ha sido una característica inherente al Gobierno de Chávez.
De "inspiración soviética", donde se muestra "a gente feliz recibiendo de manos del Gobierno casas o neveras en un modelo que es casi el paraíso en tierra", la propaganda chavista tiende a potenciar una "gigantocracia del líder", estimó Welsch.
"La adoración fue fomentada desde el primer momento, pero evolucionó hacia un culto a la personalidad sin límites. Chávez es ya un ser medio mítico", concluyó.