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Un panel de expertos aseguró hoy que el accidente en la central nuclear de Fukushima en marzo de 2011 podía haberse prevenido, y que la respuesta del Gobierno y la eléctrica TEPCO a la crisis estuvo llena de errores humanos.

Pese a desencadenarse a causa del terremoto y tsunami de 2011, "el accidente en la planta nuclear de Fukushima Daiichi no se puede contemplar como un desastre natural. Fue un desastre hecho por el hombre que podría haberse previsto y prevenido", señala la introducción del informe.

NUMEROSOS ERRORES HUMANOS

En un documento de 641 páginas, la comisión de diez expertos creada en diciembre a instancias del Parlamento de Japón critica con dureza la respuesta inicial del Gobierno del entonces primer ministro Naoto Kan al desastre. Al margen de la catástrofe natural, el panel afirma que en el desastre de Fukushima intervinieron numerosos errores humanos y las autoridades públicas no ejercieron su papel de supervisión, que fue asumido de forma perjudicial por la propia eléctrica TEPCO, operadora de la planta.

Además, aunque TEPCO sostuvo que la central estaba preparada para seísmos y los reactores no sufrieron daños por el terremoto de 9 grados, sino por el tsunami posterior, el informe señala que no se puede descartar que el reactor 1 sí sufriera daños por el seísmo.

El informe ha sido elaborado por diez intelectuales y expertos del sector privado, que han entrevistado a 1.167 personas para aclarar las causas de la crisis nuclear. Entre los entrevistados estuvieron el exprimer ministro Naoto Kan -quien dimitió en septiembre precisamente por las críticas a su gestión de la crisis- y el expresidente honorario de TEPCO Tsunehisa Katsumata.

Los expertos afirman que el accidente nuclear de Fukushima, que quedará "grabado en la historia", sorprendió a las centrales atómicas japonesas sin las medidas de protección adecuadas, y recuerda que la crisis "no ha acabado".

Cerca de 80.000 personas siguen evacuadas en un radio de 20 kilómetros en torno a la maltrecha central de Daiichi a causa de la radiactividad, mientras que en el interior de las instalaciones miles de operarios trabajan para evitar filtraciones y retirar el combustible nuclear. Se calcula que la delicada operación de sacar el combustible de los reactores dañados y desmantelarlos puede llevar unas cuatro décadas.