El nuevo primer ministro de Francia, Manuel Valls, presentó la composición de su nuevo Gobierno, en el que repiten gran parte de los titulares del anterior Ejecutivo, al margen de la recuperación de la excandidata presidencial Ségolène Royal, y los cambios realizados en materia económica.
Son 16 ministros titulares, a falta de que se conozca el nombre de los secretarios de Estado que completen el Gobierno, con los que cumplir su voluntad de ir "más rápido, más lejos", en la hoja de ruta iniciada desde la llegada de los socialistas al poder en mayo de 2012.
El desempleo, que en febrero afectó a 3,34 millones de personas, y la reducción del déficit, que en 2013 se contrajo al 4,3%, una cifra menor de lo esperado por el Gobierno y que augura ásperas negociaciones frente a las exigencias de Bruselas, figuran al frente de las labores con las que deberá recuperar la credibilidad.
Para ello, el nuevo equipo económico está encabezado por el hasta ahora ministro de Trabajo como titular de Finanzas, Michel Sapin, que forma parte del círculo de amistades de Hollande, y por el proteccionista Arnaud Montebourg como responsable de Economía, cargo que suma al que ejercía al frente de la Recuperación Productiva.
ROYAL, MINISTRA DE ECOLOGÍA
Entre las pocas caras nuevas de esta nueva etapa destaca el rescate de Royal, excandidata a las presidenciales de 2007 y expareja de Hollande, para el Ministerio de Ecología, rechazado este martes por Los Verdes por sus desavenencias ideológicas con Valls.
Esa negativa reflejó la dificultad de Valls por equilibrar los intereses de la izquierda, dada su firmeza en materia como la lucha con la inmigración y unos postulados que le colocan en el ala más neoliberal y a la derecha del partido.
Entre las pocas sorpresas, la salida sin puesto alternativo para el exministro de Finanzas Pierre Moscovici, lo que le deja así vía libre a su rumoreada intención de presentarse como candidato de Francia a la Comisión Europea (CE). La entrada de George Pau-Langevin como ministra de Ultramar y del alcalde de Dijon, François Rebsamen, como ministro de Trabajo y Empleo, completa las escasas novedades.
También lo es, en cierto sentido, la designación del hasta ahora serio y riguroso titular de Hacienda, Bernard Cazeneuve, como ministro del Interior, un nombre que parece un compromiso entre la apuesta de Hollande por Rebsamen y la de Valls por el diputado Jean-Jacques Urvoas.
Con ocho ministros y ocho ministras, Valls forma un equipo paritario en el que es significativo que Royal, con una cartera aparentemente menor, aparezca en el segundo puesto jerárquico de la lista difundida por el Elíseo.
No cambian en esa composición Laurent Fabius (Exteriores), Jean-Yves Le Drian (Defensa), Aurélie Filippetti (Cultura), Stéphane Le Foll (Agricultura), Marylise Lebranchu (Descentralización) o Najat Vallaud-Belkacem (Derechos de las Mujeres).
Controvertido ha sido, no obstante, el mantenimiento de Christiane Taubira en Justicia, dada la reciente polémica en la que se vio envuelta por las escuchas judiciales a las que fue sometido el expresidente Nicolas Sarkozy dentro de una investigación por corrupción.
"Todo esto da la sensación de un barco a la deriva, en un momento en que necesitamos un equipo gubernamental sólido, con una política clara. No zarpa con los mejores augurios", dijo hoy Jean-François Copé, secretario general de la conservadora UMP, el principal partido de la oposición.
Este baile de ministros y su parcial remodelación buscaba también ser respuesta al batacazo electoral sufrido por los socialistas en las pasadas municipales, donde la izquierda perdió las alcaldías de 150 ciudades en el país, la derecha se hizo con el poder a nivel local y la ultraderecha cosechó resultados históricos.
"Con esta composición no hay ninguna razón que disipe las inquietudes de los franceses sobre la capacidad de mantener un rumbo. Es indispensable que los franceses sigan movilizados", añadió Copé, para quien "las elecciones europeas deben ser la ocasión para sancionarle".