La Unión Europea movilizará 1.000 millones de euros para ayudar a los refugiados

  • Italia y Grecia celebran que la UE acepte la migración como problema europeo
  • Hungría advierte de que podría dejar pasar a todos los refugiados a Occidente

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) acordaron cambiar el rumbo de su política de migración y asilo hacia el refuerzo de las fronteras exteriores y la cooperación con países vecinos, como Turquía, Jordania y Líbano, y con zonas en conflicto como Siria y Libia.

Los Veintiocho iniciaron su encuentro extraordinario en un clima tenso después de que este lunes los ministros europeos de Interior forzasen el voto del reparto de 120.000 refugiados, al que se opusieron Eslovaquia, República Checa, Hungría y Rumanía, y Finlandia se abstuvo.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció al término del encuentro que los líderes lograron ponerse de acuerdo para movilizar 1.000 millones de euros para ayudar a los refugiados a través del Programa Mundial de Alimentos y ACNUR, un esfuerzo al que Francia y Reino Unido contribuirán con 100 millones cada uno.

También apoyaron incrementar con 1.700 millones adicionales el apoyo a Líbano, Jordania y Turquía y otros países en la región a cambio de una cooperación reforzada. "Necesitamos corregir la política de puertas y ventanas abiertas. Ahora deberíamos centrarnos en la protección adecuada de las fronteras exteriores y en la asistencia a refugiados en los países vecinos", aseguró Tusk.

Los líderes sellaron una declaración conjunta que no suscitó grandes controversias entre las delegaciones, en la que se comprometieron a poner en marcha una serie de medidas prioritarias que había propuesto hoy mismo la Comisión Europea (CE) antes del próximo Consejo Europeo de octubre.

Una de esas medidas es asegurar el pleno funcionamiento a más tardar en noviembre de los centros de identificación, registro y toma de huellas dactilares de los solicitantes de asilo en los países más expuestos a la llegada de refugiados, como Grecia e Italia, con asistencia de equipos de expertos comunitarios.

También Bulgaria, que no forma parte del espacio Schengen pero que comparte frontera con Turquía, pretende crear un centro. Los países también se comprometen a reforzar la cooperación con los Balcanes y aumentar la financiación de emergencia mediante un fondo fiduciario para África dedicado a buscar la estabilidad en la región y tratar las causas del problema de la inmigración irregular.

Para hacer frente a la "dramática" situación en las fronteras externas y reforzar los controles en las mismas, los líderes avalaron el refuerzo de los recursos y el personal de Frontex, de la Oficina Europa de Asilo (EASO) y Europol.

La canciller alemana, Angela Merkel, recalcó la necesidad de entablar un "diálogo intenso" con Turquía para proteger las fronteras externas, y señaló que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantendrá una reunión con los presidentes de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, el 5 de octubre.

Los líderes recalcan en su declaración, por otro lado, la necesidad de "mantener, aplicar y poner en marcha las reglas existentes, incluyendo el reglamento de Dublín y las normas de Schengen".

Esta afirmación resulta especialmente significativa después de la reintroducción temporal de los controles fronterizos por parte de Alemania, Austria y Eslovenia, una posibilidad prevista en el código Schengen, y de las acusaciones a Grecia e Italia de que no están registrando debidamente a los refugiados que llegan a su territorio.

Alemania además notificó este lunes a la CE que extenderá otros 20 días los controles temporales en su frontera con Austria, según confirmaron a Efe fuentes comunitarias. "Europa debe respetar las normas que la organizan: Schengen y Dublín. Para que pueda organizarse en lo referente a las cuestiones de inmigración", sostuvo el presidente francés, François Hollande, quien recalcó que las "tensiones" entre los líderes "no han desaparecido pero no se han manifestado" en la cumbre.

Los líderes hicieron también un llamamiento para "un esfuerzo renovado" para poner fin al conflicto en Siria, así como para formación de un Gobierno de unidad nacional en Libia. Los primeros ministros de Italia, Matteo Renzi, y de Grecia, Alexis Tsipras, celebraron hoy que sus socios hayan aceptado que la gestión de la migración y los refugiados es un "problema europeo".