El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha anunciado que definitvamente vetará las palaicaciones chinas TikTok y WeChat, aplicaciones que utilizan más de 100 millones de personas es Estados Unidos.
Las restricciones dictadas este viernes prohibirán la transferencia de fondos o el procesamiento de pagos mediante WeChat dentro de Estados Unidos a partir del domingo, mientras que las restricciones que afectan a TikTok entrarán en vigencia el 12 de noviembre.
En reiteradas ocasiones, el presidente norteamericano, Donald Trump ha asegurado que TikTok, una de las redes sociales que más ha crecido en los últimos años, supone una "amenaza" para la seguridad nacional de Estados Unidos y busca forzar su venta a una empresa estadounidense.
TikTok mira a Europa
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció un veto a la red social por cuestiones de seguridad nacional a menos que ByteDance, la tecnológica china que desarrolló TikTok, vendiese sus negocios en Estados Unidos a una empresa del propio país norteamericano.
La respuesta de Pekín no se hizo esperar: reformó por primera vez, desde 2008, la lista de restricciones a la exportación de tecnologías para incluir sistemas clave para el funcionamiento de TikTok, como los algoritmos de recomendación de contenidos, lo que podría darle la última palabra para cerrar el acuerdo.
Aunque en un primer momento Microsoft parecía la mejor posicionada para hacerse con TikTok, en un acuerdo que podría alcanzar los 50.000 millones de dólares, después de que China prohibiese la venta del algoritmo ByteDance escogió a Oracle como candidata a convertirse en su “proveedor de tecnología de confianza” en el gigante norteamericano.
Pero, por si acaso, y viendo que India -otro de sus principales mercados- también la vetó recientemente, en las últimas semanas la red social ha puesto también sus miras en Europa, donde todavía opera con absoluta normalidad y donde ha superado ya la marca de los 100 millones de usuarios activos mensuales. En el Viejo Continente, TikTok ha suscrito recientemente el Código de Conducta de la Comisión Europea para la lucha contra la incitación ilegal al odio en internet, y ha anunciado la creación en Irlanda de un centro en el que se gestionarán los datos de los usuarios europeos.