Las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos procedieron hoy a un intercambio de prisioneros de guerra, pese a que horas antes cancelaron la tercera ronda de negociaciones de paz en Minsk.
Según informó la agencia rusa Interfax, Kiev canjeó a 150 soldados gubernamentales por 222 milicianos separatistas de la autoproclamada república popular de Donetsk en territorio neutral.
El canje fue presidido por el emisario de Kiev, Víctor Medvedchuk, y el ministro de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Vladímir Kononov, así como por representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
El intercambio de prisioneros -bajo la fórmula 225x150- fue el único acuerdo alcanzado en la reunión celebrada por Kiev y los separatistas el miércoles en Minsk, escenario de la firma de los acuerdos de paz en septiembre pasado.
Las autoridades separatistas informaron de que aquellos prisioneros de guerra ucranianos que prefieran quedarse a vivir en zona rebelde recibirán vivienda y un puesto de trabajo.
Mientras, una representantes de la vecina autoproclamada república popular de Lugansk, Daria Morózovz, explicó a la agencia oficial rusa TASS que un canje similar de prisioneros entre ese ente secesionista prorruso y el Gobierno de Kiev tendrá lugar el sábado.
Ambos bandos decidieron cancelar hoy la reunión prevista para esta tarde en la capital bielorrusa entre acusaciones mutuas de violación de la tregua declarada el 9 de diciembre.
"Kiev ha violado la tregua y ha reanudado el empleo de artillería pesada contra las localidades de la (autoproclamada) república popular de Donetsk. Seguramente, hemos entrado en una nueva escalada del conflicto", dijo a Interfax un miembro de la delegación separatista.
Los insurgentes exigen a las autoridades ucranianas el fin del bloqueo económico de las zonas rebeldes y la entrada en vigor de un estatus especial para esos territorios acordado en anteriores rondas negociadoras.
A su vez, para Kiev la principal cuestión es el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados en septiembre, incluidos la supervisión internacional del alto el fuego y el control de los tramos de la frontera ruso-ucraniana en manos de los prorrusos.
Aunque las hostilidades han tenido una baja intensidad durante las últimas dos semanas, ni las fuerzas gubernamentales ni las fuerzas separatistas han retirado su armamento pesado de la zona de seguridad de 30 kilómetros.