Turquía ha suspendido las relaciones políticas y militares con Francia en respuesta a la aprobación hoy por el Parlamento francés de una ley que castiga con pena de cárcel y una cuantiosa multa la negación de la matanza de armenios por el imperio otomano, en 1915, por considerarla un genocidio.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció la medida en una rueda de prensa, en la que definió como "injusta, racista, discriminatoria y hostil hacia Turquía" la ley francesa, que prevé multar con 45.000 euros y un año de cárcel a quien niegue el carácter de genocidio al exterminio armenio ocurrido en 1915.
Erdogan confirmó la llamada a consultas a su embajador en Francia y anunció la cancelación inmediata de todas las actividades políticas bilaterales, tales como proyectos educativos, intercambio de personal, seminarios y cursos, entre otros.
A partir de ahora, Turquía no participará en ningún proyecto de hermanamiento con Francia en el marco de la Unión Europea y suspenderá todas las consultas políticas, así como las actividades militares y las maniobras conjuntas, detalló.
El primer ministro precisó que se ha cancelado el permiso genérico anual para vuelos militares franceses sobre territorio turco, y que cada vuelo deberá requerir un permiso específico.
En la misma línea, el primer ministro turco anunció que se rechazará toda solicitud de los navíos militares franceses para atracar en puertos turcos hasta nuevo aviso.
La polémica ley, aprobada hoy está destinada de hecho al "genocidio" armenio, reconocido como tal por la ley francesa desde 2001, ya que la negación del holocausto judío ya se castiga desde 1990.
El Gobierno turco interpreta la ley, que aún tendrá que pasar por el Senado antes de entrar en vigor, como un acto hostil dirigido contra Turquía, que considera las matanzas de armenios como lamentables excesos ocurridos durante la I Guerra Mundial, pero no como genocidio.