Trump supera una prueba de fuego y Sanders renueva su amenaza sobre Clinton

Trump, elegido oficialmente candidato republicano a la Presidencia de EEUU
Donald Trump |Archivo

La noche del martes vivió una nueva jornada de las primarias para elegir candidatos presidenciales en EEUU que se saldó con contundentes e importantes victorias de Donald Trump y con una sorprendente derrota de Hillary Clinton en Michigan, que da alas a su rival, Bernie Sanders. Aunque eran dos los estados que celebraban primarias demócratas y cuatro republicanas, todos los ojos estaban centrados en Michigan, considerado un estado crucial tanto por la cifra de delegados que repartía (la mayor en ambos casos) como por lo que éste representa a nivel demográfico.

Michigan fue el primer estado en votar del conocido como cinturón industrial de EEUU (del que, de hecho, es su mayor insignia), una zona antaño pujante, rica y muy poblada que durante las últimas décadas se ha visto fuertemente golpeada por la desindustrialización y que sufrió con especial intensidad la crisis económica.

En el bando republicano, Trump se llevó Michigan por un amplio margen de más de 10 puntos, lo que fue interpretado como muestra no sólo de su solidez en esta campaña sino de que puede lograr buenos resultados en estados con una composición socioeconómica similar como los codiciados Ohio y Pensilvania.

Por parte de los demócratas, el senador por Vermont y autoproclamado socialista democrático Bernie Sanders dio la gran sorpresa de la noche y se impuso en Michigan (aunque por un margen muy ajustado) a su rival, Hillary Clinton. Pese a que la diferencia final fue por la mínima, la victoria de Sanders en este estado tiene una significación especial, ya que por un lado demuestra el poderío del senador en el cinturón industrial y, por otro, desafía a las encuestas, que le vaticinaban una derrota aplastante en Michigan.

Ningún sondeo de los publicados daba a Sanders como ganador en Michigan y, de hecho, las encuestas de los últimos días auguraban una derrota abultada por entre 13 y 27 puntos. "Los medios corporativos nos habían descartado. Los encuestadores decían que estábamos muy atrás. Pero ganamos. Gracias, Michigan", agradeció a los votantes el propio senador en la red social Twitter tras conocer los resultados.

Al margen de Michigan, Clinton y Trump se llevaron el sureño Misisipi por los bandos demócrata y republicano, respectivamente, (ambos por amplios márgenes sobre sus rivales, especialmente en el caso de la exsecretaria de Estado), mientras que el senador Ted Cruz se apuntó su séptima victoria de lo que va de campaña en Idaho.

Además de Michigan, Misisipi e Idaho, los votantes republicanos también están llamados este martes a las urnas en el archipiélago de Hawai (de tendencia fuertemente demócrata), que reparte 19 delegados pero del que no se espera que se conozcan los resultados hasta la madrugada del miércoles.

Pese a la victoria de Cruz en Idaho, que se llevará la mayor parte de los 32 delegados en liza en ese estado del oeste de EEUU, esta nueva jornada electoral sirvió para consolidar el liderazgo de Trump, ya que tanto en Michigan como en Misisipi, que repartían 59 y 40 delegados, respectivamente, se impuso por más de 10 puntos. "Todos y cada uno de los que me han atacado brutalmente están cayendo. Empezamos siendo diecisiete (precandidatos republicanos) y quedamos cuatro, y no lo están haciendo muy bien esta noche", sacó pecho Trump en una rueda de prensa en Jupiter (Florida) al conocerse los resultados.

A falta de lo que ocurra en Hawai y de conocer los resultados definitivos en Idaho, el gran perdedor de la noche sería el senador por Florida Marco Rubio, quien al quedar por debajo del umbral del 15 % tanto en Michigan como en Misisipi no se llevaría ninguno de los delegados en esos estados.

La próxima gran cita electoral de las primarias presidenciales de EEUU será el próximo martes, 15 de marzo, cuando votarán cinco estados: Illinois, Misuri, Carolina del Norte y los preciados Ohio y Florida, que, en el caso republicano, conceden la totalidad de los delegados al candidato ganador por pequeño que sea el margen de la victoria.