El presidente electo, Donald Trump, designa al senador Dan Coats como jefe de inteligencia de EEUU, en un momento de renovadas tensiones tras el informe de los servicios de inteligencia que apunta a la injerencia de Rusia en las pasadas elecciones para favorecer al candidato republicano.
La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI), creada por el entonces presidente, George W. Bush, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York, es uno de los puestos clave del Gobierno.
Coats, si es confirmado por el Senado, estará al mando de una federación de 16 agencias repletas de espías entre las que figuran la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Precisamente, estas agencias han sido las que han elaborado un informe divulgado ayer en el que apuntan directamente a Rusia como responsable de una de plan de ataques informáticos durante la campaña electoral estadounidense para favorecer a Trump en detrimento de su rival demócrata, Hillary Clinton.
"Consideramos que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó una campaña para influir en 2016 en las elecciones presidenciales de Estados Unidos", sostienen en un informe de 25 páginas el FBI, la CIA y la NSA, las principales agencias de inteligencia del país cuya coordinación el presidente electo quiere conferir a Coats.
"Los objetivos de Rusia", agregan, "eran socavar la fe pública en el proceso democrático de EEUU, denigrar a la secretaria Clinton, dañar su posibilidad de ser elegida y su potencial Presidencia. También consideramos que Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por el presidente electo Trump".
A través de su medio de comunicación favorito, Twitter, Trump rechazó la injerencia rusa al asegurar que no hay "evidencias" de que los ciberataques durante el proceso electoral hayan afectado al resultado de los comicios de noviembre.
Subrayó, además, que cuando él llegue a la Casa Blanca Rusia respetará a Estados Unidos "mucho más" que ahora, e hizo votos para que haya "buenas relaciones" entre los dos países. Tener una buena relación con Rusia es algo bueno, no malo. ¡Solo gente 'estúpida', o los tontos, podrían pensar que es malo!", tuiteó el presidente electo, que llegará a la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Trump recibió detalles de esas conclusiones en una reunión que mantuvo en Nueva York este viernes con los principales responsables de los servicios de inteligencia de la Administración del presidente saliente, Barack Obama.
El propio Obama intervino en la polémica en una entrevista con la cadena ABC en la que recordó a Trump: republicanos y demócratas "estamos en el mismo equipo", mientras que "Vladímir Putin no es de nuestro equipo".
Curiosamente, la elección de Trump para dirigir la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, el veterano senador por Indiana Dan Coats, no puede ser considerada un guiño a Moscú. Como congresista, Coats presionó activamente al Gobierno de Obama para que tomara medidas contra Rusia por la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014 y por el apoyo del Kremlin a los separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
La represalia de Moscú no se hizo esperar y se le incluyó en una lista de funcionarios estadounidenses a los que se prohibió la entrada en Rusia indefinidamente. Coats deberá, por tanto, encarar la difícil tarea de reconciliar a las agencias de inteligencia estadounidenses con el equipo del nuevo presidente electo y navegar por las difíciles aguas de las tirantes relaciones diplomáticas y de inteligencia entre Washington y Moscú.