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Según Médicos Sin Fronteras la situación en Somalia empeora cada día. Sólo en el último mes, esta ONG ha tenido que atender a más de 16.000 niños. En un país donde casi la mitad de la población vive con menos de un euro al día, un simple sarampión puede ser mortal.

"En el caso de los niños la mala alimentación no sólo es un problema en si mismo sino que afecta a su sistema inmulógico, a su capacidad de respuesta ante enfermedades vanales, por eso se estan dando grandes índices de mortalidad ante diarreas o enfermedades respiratorias" señala Carlos Ugarte de Médicos sin Fronteras.

La sequía ha agravado la crisis alimentaria, pero a diferencia de otros países del cuerno de Africa, la ayuda humanitaria llega a Somalia con cuentagotas.

Sin un gobierno efectivo desde hace veinte años, el país está controlado por los llamados señores de la guerra, las milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.

Para las ONG's, el centro y el sur son terreno vedado: allí imponen su ley los radicales islamistas de Al Shabab, próximos a Al Qaeda.

"Lo primero que tendriamos que pedir a la Comunidad Internacional es que se ponga a buscar soluciones para ese conflicto", señala Ugarte.

Y mientras el éxodo continúa. Un tercio de la población ha huído ya de sus hogares. Según la ONU, 750.000 personas podrían morir a causa de la hambruna en los próximos cuatro meses.