La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, partió hoy desde Salvador, en el noreste del país, hacia el Estado de Minas Gerais, donde sobrevolará las zonas afectadas por lluvias que en esa región y en el vecino Estado de Espíritu Santo han causado 45 muertos en la última semana.
Rousseff estaba en una playa cercana a Salvador desde este jueves, cuando inició un período de descanso que se prolongará hasta el próximo 6 de enero, pero decidió interrumpirlo para visitar hoy algunas zonas de Minas Gerais y discutir la ayuda que se puede brindar a los damnificados.
En Minas Gerais, Estado natal de la jefa de Estado, hasta ahora las lluvias han causado 18 muertos y han obligado a unas 10.000 personas a abandonar sus casas.
Los otros muertos y el resto de los damnificados, que en total superan los 65.000, se han registrado en Espíritu Santo, Estado que la presidenta visitó el pasado martes.
Para facilitar la atención de las víctimas de los aguaceros, Rousseff estableció este jueves unas nuevas normas que reducen la burocracia y permiten actuar en forma más rápida en las regiones afectadas por desastres naturales.
La nueva legislación agiliza la liberación de recursos financieros destinados a obras de reconstrucción de viviendas e infraestructuras afectados por fenómenos naturales.