El presidente de Cuba, Raúl Castro, advirtió hoy de que toda "resistencia burocrática" a las reformas económicas emprendidas en el país será "inútil" y criticó el inmovilismo y la doble moral, con un discurso donde anunció que flexibilizará la política migratoria de la isla.
Raúl Castro clausuró este lunes el séptimo periodo de sesiones ordinario de la Asamblea Nacional de Cuba, que analizó la marcha económica del país y ratificó el plan de ajustes aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único) celebrado el pasado abril.
El presidente cubano criticó las "mentalidades arcaicas" y recalcó que el mayor obstáculo para el cumplimiento de los ajustes que se plantean en el país es "la barrera psicológica" formada por "la inercia, inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia y la insensibilidad".
"Seremos pacientes y a la vez perseverantes ante las resistencias al cambio, sean conscientes o inconscientes. Advierto que toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento a los acuerdos del Congreso (del Partido Comunista) será inútil", manifestó.
Y aunque se declaró partidario de "razonar, convencer, educar y sumar antes que sancionar" insistió que ante las ilegalidades no queda más remedio que acudir a la fiscalía y a los tribunales.
Raúl Castro hizo estas consideraciones tras denunciar el "doloroso" caso de una funcionaria y militante comunista, cuya identidad no desveló, que recientemente fue "injustamente" apartada de su cargo por su religiosidad, y lo puso como ejemplo del daño que hacen los conceptos "obsoletos" y las "mentalidades arcaicas".
Con la mención a este caso, Raúl Castro volvió a reiterar su mensaje de conciliación y no discriminación hacia los creyentes cubanos al recordar que la revolución superó su confrontación con las instituciones religiosas "hace mucho tiempo".
"Limpiémonos las cabezas de tonterías de todo tipo. No olviden que ya concluyó la primera década del siglo XXI", dijo.
Además de estas reflexiones y advertencias, Castro dijo ante el parlamento que se flexibilizará la política migratoria de la isla dentro de su propósito de "reducir prohibiciones".
Este paso se plantea "como una contribución al incremento de los vínculos de la nación con la comunidad de emigrantes, cuya composición ha variado con relación a las décadas iniciales de la Revolución".
No obstante, la futura regulación migratoria también defenderá a la revolución de "los planes injerecistas" de Estados Unidos e incluirá medidas para evitar el "robo de talentos que practican las naciones poderosas".
Como suele ser habitual, la reunión de la Asamblea cubana sirvió para presentar los informes sobre la marcha de la economía, en esta ocasión relativos al primer semestre del año, donde se ha registrado un crecimiento del 1,9 por ciento.
Raúl Castro anunció que la previsión de crecimiento económico para 2011 se sitúa en un 2,9 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Como ha insistido en los últimos días ante su consejo de ministros y ante el pleno del Comité Central del PCC celebrado el pasado fin de semana, se trata de resultados positivos pero persisten incumplimientos, deficiencias y mala planificación.
Los mejores resultados se obtuvieron en el sector energético con el incremento de la producción de petróleo y el turismo con el aumento de visitantes extranjeros, dijo Raúl Castro, quien apuntó que también se ha frenado el deterioro de la producción de azúcar, sector que en otras épocas fue el motor de la isla.
Aunque las exportaciones aumentaron y bajaron las importaciones, el presidente cubano admitió que perdura una "tensa situación en las finanzas externas, aunque aliviada parcialmente por los procesos de reestructuración de deudas" con los principales acreedores de la isla.
Castro ratificó que antes de fin de año se suprimirán las retenciones que, por falta de liquidez, se practicaron hace dos años sobre las transferencias de empresas extranjeras que operan en la isla.
"Persistiremos en el camino de recuperar paulatinamente la credibilidad internacional de la economía cubana", dijo.
A la sesión que celebró hoy la Asamblea Nacional de Cuba -la primera de las dos reuniones ordinarias que convoca al año- no tuvo acceso la prensa internacional y los principales discursos, incluido el de Raúl Castro, se transmitieron en diferido por la televisión estatal.
