El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, realizará este miércoles su primer viaje oficial al extranjero y, cumpliendo la tradición, visitará Marruecos, país con el que desea mantener fluidas relaciones política y económicas a pesar de las tradicionales discrepancias en torno al Sáhara o Ceuta y Melilla. Rajoy se entrevistará con el nuevo presidente del Gobierno marroquí, el islamista Abdelilah Benkirán, y, tras compartir con él un almuerzo de trabajo, se entrevistará con el rey Mohamed VI. En el país vecino están asentadas más de quinientas empresas españolas.
Para Rabat, según subrayó este fin de semana el portavoz del Gobierno, Mustafa Jalfi, el viaje supone "un mensaje fuerte y positivo que refleja los estrechos lazos entre los dos países" y demuestra la firme voluntad de ambos de impulsar las relaciones políticas y económicas.
En la agenda del encuentro estará el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, que el Parlamento europeo decidió no prorrogar en diciembre al considerar que provocaba la sobreexplotación de algunas especies y que violaba el derecho internacional al interferir en los recursos de la población local saharaui.
ACUERDO DE PESCA Y SAHARA
La paralización del convenio ha afectado a 64 barcos españoles y alrededor de quinientos tripulantes, fundamentalmente andaluces y canarios, y el Gobierno de Rajoy ha dejado claro que apuesta por que se negocie de forma urgente un nuevo acuerdo, objetivo que también persiguen las autoridades de Rabat siempre que se respete "la unidad territorial" de Marruecos.
El Ejecutivo está convencido de que su posición favorable a un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, incluida en el programa electoral con el que el PP ganó las elecciones, no interferirá en sus conversaciones con el país vecino. Según han apuntado fuentes del Gobierno, las relaciones bilaterales son más fluidas de lo que pueden parecer a primera vista y no hay ningún indicio de que la cuestión saharaui pueda suponer un elemento de preocupación. Los intereses compartidos, añaden estas fuentes, son muchos y variados y la agenda común es muy intensa.
Destaca en ella la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal, la delincuencia organizada y el terrorismo y, como subrayan ambas partes, los vínculos económicos, dado que España es el segundo país inversor en Marruecos, tras Francia.
Las empresas españolas trabajan en Marruecos en sectores tan diversos como la banca, la energía, las telecomunicaciones, el turismo, los servicios sanitarios, la metalurgia, el suministro de agua, los productos agroalimentarios, la confección y la construcción, según el ICEX.
Marruecos es el primer destino de las exportaciones e inversiones españolas en África y el comercio bilateral se acercó en 2010 a los 6.200 millones de euros (las exportaciones al país vecino alcanzaron los 63.449 millones y las importaciones los 2.745 millones).
Pesan también en las relaciones bilaterales los 774.000 marroquíes empadronados en España, la segunda comunidad extranjera tras la rumana.
Al margen del Sáhara Occidental, el estatus de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cuya soberanía reclama Marruecos, ha supuesto también un tradicional punto de fricción. El PP ha sido siempre contundente en la defensa de la españolidad de ambas ciudades, pero el Gobierno está convencido de que esa cuestión no forma parte de las preocupaciones principales de Marruecos en este momento. De hecho, en el mensaje que envió el rey Mohamed VI a Rajoy con motivo de su investidura no hubo ninguna alusión a esta cuestión.
El monarca ratificó la determinación de su país de trabajar para consolidar una interlocución privilegiada con España en los ámbitos "geoestratégico, político, económico, cultural y social", y elogió unas relaciones basadas en "la estrecha amistad, buena vecindad, respeto mutuo, cooperación fructífera y consultas permanentes".
Rajoy habló por teléfono con Mohamed VI el pasado 3 de enero y le trasladó entonces su deseo de visitar lo antes posible Rabat, destino que han elegido para su primer viaje oficial al extranjero los últimos presidentes del Gobierno.
Ese mismo día el monarca alauí había dado a conocer los integrantes del nuevo gobierno marroquí, liderado por el partido de corte islamista Justicia y Desarrollo, vencedor de las elecciones anticipadas celebradas el pasado mes de noviembre.