Cuba y Rusia intensificaron hoy sus relaciones bilaterales en las áreas política y económica con la visita oficial a La Habana del presidente Vladimir Putin, quien ratificó la importancia "estratégica" de la isla en la política exterior de Moscú.
Cuba, el más antiguo aliado de Rusia en América Latina, fue elegida por Putin para realizar la primera parada de su gira por la zona, que continuará en Argentina y concluirá en Brasil, como parte de su interés de acercamiento a esta región que considera "clave".
En menos de veinticuatro horas, el jefe del Kremlin concentró una agenda que incluyó reuniones con su par Raúl Castro, también con su hermano Fidel, líder de la revolución cubana, presenció la firma de diez acuerdos, y rindió tributo al soldado internacionalista soviético y al Héroe Nacional de la isla, José Martí.
Putin y Fidel Castro -retirado del poder por una enfermedad desde 2006- tuvieron una reunión "cordial y amistosa" en la que rememoraron los "lazos históricos" de ambos países y los crecientes vínculos bilaterales económico-comerciales, y también intercambiaron pareceres sobre la situación internacional.
Fidel Castro explicó a Putin los estudios que está realizando sobre la producción de alimentos en zonas tropicales y subtropicales que considera que es la única fórmula eficiente para enfrentar las amenazas del cambio climático y las desigualdades.
El encuentro se produjo en el domicilio habanero de Fidel Castro a juzgar por varias fotografías divulgadas por el sitio oficial Cubadebate, en las que se ve al anciano líder de la revolución cubana con buen aspecto y la habitual indumentaria deportiva que luce desde que se retiró.
El gobernante ruso llegó este viernes a La Habana poco después de firmar una ley que ha condonado el 90 % de la deuda de 31.700 millones de dólares contraída por Cuba con la desaparecida Unión Soviética.
Sobre esa decisión, el presidente de Rusia destacó que se están creando "nuevas condiciones" para desarrollar las relaciones entre su país y Cuba, una etapa que, según explicó, se enfila a reforzar la cooperación económico-comercial, y señaló que el trabajo bilateral es "constante".
El gesto del Gobierno de Moscú de perdonar el adeudo de la isla fue agradecido por Raúl Castro como "una muestra más y nuevamente una gran generosidad palpable del pueblo ruso hacia Cuba".
El mandatario cubano aprovechó la ocasión para recordar que sin la ayuda del bloque soviético la revolución cubana no habría podido subsistir, y también para manifestar su respaldo a la actual política internacional de Putin, que calificó de "inteligente" y la alabó por su "firmeza".
Castro también se mostró "muy satisfecho" con el estado actual de las relaciones entre Cuba y Rusia tras la nueva etapa que se abrió a partir del año 2000, cuando Putin realizó su primer viaje a la isla.
Al término de las conversaciones oficiales, Castro y Putin asistieron a la firma de un paquete de diez convenios y memorandos para ampliar la cooperación bilateral en áreas como la explotación petrolera, acordada entre la compañía rusa "Rosneft" y la empresa Unión Cuba-Petróleo.
Representantes de ambos gobiernos suscribieron también una declaración conjunta sobre "la no instalación primera de armas en el espacio cósmico", un acuerdo "en la garantía de la seguridad internacional de la información", y oficializaron un programa de colaboración cultural.
Además adoptaron seis memorandos de entendimiento que abarcan los sectores de la salud, industrial, la atención de desastres, la construcción de unidades de generación eléctrica, la producción de luminarias y la creación de un centro regional de entrenamiento de salvamento y bomberos cubano-ruso.
Entre otros proyectos, Putin manifestó que ambas partes trabajan en un programa de desarrollo económico-comercial-científico-técnico hasta 2020 y mantienen activos sus "consejos empresariales".
El buen humor de Raúl Castro durante la visita se puso de manifiesto ante los periodistas al acompañar a su homólogo ruso al Mausoleo al Soldado Internacionalista Soviético, momento en que, en tono jocoso, propuso cambiar las normas de protocolo oficial de la isla debido a las elevadas temperaturas del verano.
"Hay que cambiar el protocolo de Bruno (Rodríguez, el canciller cubano)", indicó Castro, y recomendó "que no se use corbata" en Cuba, sino "guayabera (prenda nacional) y un sombrerón, short (pantalón corto) y sandalias".
Incluso bromeó al sugerir que "este país no es para trabajar ni mucho menos para guerrear, este país es para descansar".
El intenso programa de Putin en La Habana, casi todo el tiempo acompañado por su homólogo Raúl Castro, concluyó con la despedida en el Aeropuerto Internacional José Martí, desde donde el presidente ruso voló hacia Nicaragua, una visita que no se había anunciado previamente.