El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó hoy que el país "no tiene ni puede tener otra opción política que la democracia", en su primer informe anual sobre el estado de la nación desde que retornó al Kremlin tras un paréntesis de cuatro años, en el que estuvo al frente del Gabinete de Ministros. "Quiero subrayar que compartimos los principios democráticos universales aceptados en todo el mundo, pero la democracia rusa es el poder precisamente del pueblo ruso", indicó Putin en su intervención ante el Parlamento en pleno reunido en la Sala de San Jorge del Gran Palacio Kremlin.
El presidente ruso se pronunció a favor del perfeccionamiento del sistema político del país y apoyó el retorno al sistema mixto de elección -por lista de partidos y circunscripciones mayoritarias- de los diputados de la Duma del Estado, la cámara baja del Parlamento.
Al mismo tiempo, señaló la necesidad de que la lucha política en el país se desarrolle en un marco civilizado. "El diálogo civilizado es posible únicamente con las fuerzas políticas que elaboran y presentan sus exigencias de manera civilizada y las defienden en el marco de la ley", recalcó.
El jefe del Kremlin enfatizó que es inadmisible toda injerencia foránea en los procesos políticos internos del país. "La persona que por su actividad política recibe dinero desde el exterior y que, por lo mismo, sirve seguramente a intereses nacionales ajenos no puede ser político en la Federación Rusa", remarcó.
LA OPOSICIÓN RECELA DE LAS VERDADERAS INTENCIONES DE PUTIN
Desde que Putin volvió al Kremlin, en Rusia se ha aprobado una serie de leyes que según la oposición restringen gravemente las libertades democráticas en el país.
"Las palabras de Putin son bonitas y correctas, pero están muy lejos de la realidad y de las acciones de la policía y los funcionarios", comentó el discurso del presidente ruso el activista opositor Serguéi Udaltsov en declaraciones a la agencia Interfax.
El exdiputado y copresidente del partido liberal PARNAS Vladímir Rizhkov calificó el discurso de Putin de "manifiesto del autoritarismo y la conservación del 'status quo'"
En su mensaje, de casi hora y media de duración y transmitido en directo por cadenas de televisión de cobertura nacional, el presidente ruso no hizo prácticamente referencias a asuntos de política exterior y se centró en la situación interna y las tareas que afronta el Gobierno.
Entre éstas, mencionó la creación y modernización de 25 millones de puestos de trabajo en el período hasta el año 2020.
"En el siglo XXI el vector de desarrollo de Rusia es el desarrollo hacia Oriente", dijo Putin, quien destacó el "potencial colosal" de regiones como Siberia y el Extremo Oriente ruso, que brinda al país la posibilidad de ocupar un lugar digno en la región Asia-Pacífico.
Entre los principales logros del país de los últimos doce años el presidente ruso mencionó la mejora de la situación demográfica, que atribuyó a la realización de los programas gubernamentales en este ámbito.
"Por primera vez en la historia reciente (postsoviética) de nuestro país registramos en el curso de cinco meses consecutivos un incremento natural de la población. La natalidad por fin ha superado la mortalidad", señaló.
Aunque en esta ocasión el presidente ruso no hizo especial hincapié en el problema de la corrupción, llamó al Parlamento a respaldar una serie de restricciones patrimoniales para los políticos y altos cargos, en particular a la posesión de cuentas bancarias en el exterior, así como acciones y otro valores.
"No aplaudáis, quizás no os guste todo lo que voy a deciros", dijo Putin, sonriente, al interrumpir los aplausos del auditorio.
Según el presidente ruso, las restricciones deben afectar a todos los altos cargos que adoptan decisiones clave y a sus familiares directos.
Según la Constitución de Rusia, el jefe del Estado debe presentar anualmente un mensaje ante el Parlamento en pleno sobre la situación en el país.
Este año, la lectura del mensaje presidencial coincidió con el Día de la Constitución de Rusia, que fue aprobada en un referéndum el 12 de diciembre de 1993.