Pistorius es declarado "no culpable" del delito de asesinato

  • Se libra de la cadena perpetua, aunque todavía puede ser declarado culpable de homicidio imprudente
  • La magistrada cree que disparó su arma deliberadamente, y no por accidente

El atleta Oscar Pistorius evitará la pena de cadena perpetua por haber matado a tiros a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, después de que el Tribunal Superior de Pretoria le haya exculpado del delito de asesinato.

Tras más de un año y medio de juicio, la magistrada del caso, Thokozile Masipa, comenzó hoy a leer el veredicto sobre los hechos ocurridos durante la madrugada del 14 de febrero de 2013, y su primera conclusión fue rechazar la acción premeditada del acusado.

LAS LAGRIMAS DE ÓSCAR

El velocista sudafricano, de 27 años, se abrazó entre lágrimas a con sus familiares al conocer que no cumplirá la pena más dura prevista por la legislación sudafricana. Aún se desconoce cuál será la resolución final, porque la jueza, tras unas cuatro horas de lectura y una larga pausa para el almuerzo, decidió posponer su exposición hasta mañana.

No obstante, descartado el asesinato, sobre el que solo existen "pruebas circunstanciales", ya solo quedan dos posibilidades: la condena por homicidio (muerte no intencionada) y la absolución.

El corredor disparó a través de la puerta del cuarto de baño, y según su versión lo hizo de forma accidental y presa del pánico, pensando que se trataba de un ladrón que había entrado por una de las ventanas de su vivienda. Sin embargo, la jueza no cree que Pistorius disparara por accidente. Según su veredicto, el acusado pudo salir a pedir ayuda, pero eligió coger su arma y abrir fuego.

Además, las contradicciones que expresó durante el juicio demuestran que el atleta disparó consciente y voluntariamente, si bien esto no quiere decir que buscara causar una muerte, precisa el veredicto.

"Debemos ser cautos, los tribunales deben evitar dar demasiado peso a la noción de que si el acusado no dice la verdad es culpable", matizó Masipa, quien no obstante insistió en su conducta irresponsable: "Actuó de forma apresurada y usó una fuerza excesiva. Está claro que su conducta fue negligente".

Aún en su situación de vulnerabilidad, debido a su condición de discapacitado, una "persona razonable" habría tomado más medidas para evitar matar a alguien, como por ejemplo llamar a la seguridad o salir al balcón a pedir ayuda a gritos, añadió justo antes de dar por concluida su exposición.

Según analistas locales, la negligencia implica con toda probabilidad que el acusado sea condenado por homicidio, un delito para el que la legislación sudafricana prevé un máximo de quince años de prisión. La lectura de este esperado veredicto despertó una enorme expectación en la capital de Sudáfrica, un país pendiente de quien hasta hace poco fuera uno de sus héroes deportivos y morales.

MUCHA ESPECTACIÓN

Transeúntes y reporteros se agolparon desde las siete de la mañana en la entrada del tribunal para ver al atleta, quien llegó acompañado por familiares abriéndose paso entre flashes y cámaras de televisión. Los padres de Steenkamp, June y Barry, siguieron la sesión al otro extremo del banco ocupado por la familia Pistorius, liderada una vez más por el tío del deportista, Arnold.

Magistrada con fama de meticulosa y dura, que estudió Derecho cuando ejercía de periodista de tribunales, Masipa leyó su veredicto con voz sosegada y débil, que en algunos momentos fue difícilmente audible dentro de la sala.

Al finalizar la sesión, Pistorius -que tiene las dos piernas amputadas desde los once meses por un problema genético y corre sobre prótesis- permaneció sentado en la sala conversando con su hermana, que lo tomaba del brazo para mostrarle apoyo.

La sesión se reanudará mañana las 9.30 hora local (7.30 GMT), día en el que se espera la resolución final de la jueza y su pronunciamiento sobre los otros tres cargos que se le imputan: dos de ellos por disparar en lugares públicos y un tercero por tenencia ilegal de munición.

La sentencia se conocerá dentro de varias semanas, una vez Masipa haya decidido la pena que merece Pistorius, quien en 2012 protagonizó una de las mayores proezas de la historia del deporte al convertirse en el primer atleta con las piernas amputadas en competir en unos Juegos Olímpicos.