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El Parlamento de Escocia aprobó hoy una moción que otorga al Gobierno autónomo el mandato de negociar con Londres la convocatoria de un nuevo referéndum sobre su independencia del Reino Unido. Por 69 votos a favor y 59 en contra, la cámara de Holyrood (Edimburgo) respaldó la propuesta de la ministra principal, la nacionalista Nicola Sturgeon, para promover un plebiscito entre otoño de 2018 y la primavera de 2019.

Un día antes de que el Gobierno británico active el proceso de salida de la Unión Europea (UE), Sturgeon defendió que los escoceses deben poder "elegir entre el 'brexit' -posiblemente un 'brexit' muy duro- o convertirse en un país independiente". "Escocia, como el resto del Reino Unido, se encuentra en un cruce de caminos", dijo la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), que sumó los seis votos del Partido Verde a sus 63 diputados para obtener la mayoría necesaria para aprobar la moción en una cámara con 129 escaños.

El debate en el Parlamento autónomo duró cerca de siete horas, en una sesión que se extendió durante tres días y que se vio suspendida el pasado miércoles por el atentado que causó en Londres cuatro víctimas mortales.

Cuando la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, active mañana miércoles el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que iniciará un periodo de dos años para negociar las condiciones de salida de la UE, el país se dirigirá hacia un cambio "significativo y profundo", dijo Sturgeon. Por ese motivo, la ministra principal defendió celebrar un plebiscito una vez los términos finales del "brexit" estén "claros" y los escoceses puedan tomar una "decisión informada".

Hace dos años y medio, el 55,3 % de los votantes que participaron en el primer plebiscito optaron por continuar formando parte del Reino Unido.

Sturgeon se encontrará en esta ocasión previsiblemente con la oposición de la primera ministra británica, que ha argumentado que "no es el momento" de celebrar una consulta.

La dirigente escocesa aspira a mantener un diálogo "racional" y no "de confrontación" con el Gobierno británico, que debería ceder temporalmente sus competencias exclusivas para que Escocia pueda celebrar un referéndum legal y vinculante sobre su escisión del Reino Unido.

Desde las bancadas de la oposición, la líder del Partido Conservador en Escocia, Ruth Davidson, lamentó que el SNP haya puesto sobre la mesa un "calendario apresurado" para una nueva consulta.

Para Davidson, los escoceses "tienen derecho a ver cómo funciona en la práctica el proceso del 'brexit" antes de tomar una decisión sobre su independencia.

Kezia Dugdale, responsable del Partido Laborista en Escocia, que también se opuso a la moción de Sturgeon, resaltó por su parte que el 85 % de la población escocesa votó en el anterior referéndum y que "la voluntad de los ciudadanos debe ser respetada".