El Parlamento venezolano se enfrenta a la posibilidad de que el Estado desconozca sus actuaciones al incurrir en desacato de una decisión del Supremo, precisamente cuando los opositores dan el primer paso hacia una amnistía que podría dejar en libertad a los políticos presos. La posibilidad de que, desde el legislativo controlado por primera vez por opositores, se generen cambios en el país, peligra cuando apenas se cumplen seis días de haber tomado posesión, lo que arriesga la agenda que los llevó a sus escaños.