Las autoridades francesas continuaron hoy la búsqueda del atacante que el sábado causó heridas a un militar que patrullaba en el oeste de París, un suceso que el ministro del Interior relacionó, con cautela, con un acto terrorista.
El ataque pudo ser un "acto terrorista", dijo el ministro, Manuel Valls, que no obstante pidió "prudencia" ya que la investigación aún no ha concluido.
Valls dijo en el canal de televisión "TV5" que hay "elementos" que pueden conducir a pensar que el ataque, que causó heridas leves a un soldado, fue un acto terrorista.
"No puedo decir más en este momento, la investigación no ha hecho más que comenzar", agregó Valls, quien apeló a ser "prudente en relación con cualquier amalgama, cualquier comparación".
El ministro del Interior no agregó datos sobre la búsqueda del autor del ataque, un hombre que agredió con un arma blanca al soldado el sábado cuando este patrullaba en un intercambiador de transporte en el oeste de París.
La investigación fue encargada a la sección antiterrorista del Tribunal de París y, según diversos medios locales, se analizan particularmente las grabaciones de las cámaras de televisión situadas en la zona donde ocurrieron los hechos.
Se trata del barrio de negocios de La Défense, en el oeste de París, donde las fuerzas de seguridad mantienen acordonada la zona donde el militar, un soldado de 23 años perteneciente a un regimiento de cazadores de Gap (Alpes), fue herido con un arma blanca.
El militar, identificado por algunos medios como Cédric Cordier, fue trasladado al hospital militar de Percy, en la capital, donde hoy se supo que fue atendido de un corte que solo necesitó de un punto de sutura y que no le causó hemorragia.
El análisis de las imágenes captadas por las cámaras de televisión y las declaraciones de los testigos, en una zona de fuerte afluencia -un intercambiador de transportes con tiendas-, son algunas de las pistas que tienen a su disposición los investigadores.
De fuentes oficiales, sin embargo, apenas se conocen detalles de lo que sucedió, pues desde el sábado, cuando los ministerios de Interior y Defensa emitieron un comunicado conjunto tras el incidente, no se ha vuelto a dar datos nuevos.
El autor del ataque al soldado -uno de los tres integrantes de la patrulla de vigilancia organizada dentro del plan Vigipirate-, fue identificado como una persona de entre 25 y 30 años y de estatura elevada.
Se añadió que tenía rasgos norteafricanos, aunque no se ha podido confirmar si llevaba barba ni chilaba, como algunos medios de comunicación informaron nada más producirse el ataque.
Ayer el presidente francés, François Hollande, aseguró no excluir "ninguna hipótesis" en relación con el incidente, que ocurrió en torno a las 17:55 hora local (15:55 GMT).
Valls aseguró por su parte que el autor del ataque "sin duda quería matar al soldado", pero pidió prudencia antes de establecer una vinculación con el asesinato de un militar el Londres el pasado miércoles.
El responsable de Interior dijo ayer que "hay elementos -la violencia repentina del ataque- que podrían permitir considerar que puede haber alguna comparación con lo que pasó en Londres".
Por su parte, el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que visitó al soldado en el hospital el sábado, declaró al salir del establecimiento que "se le quiso matar por ser militar" y agregó que él y el ministro Valls protagonizan una "lucha implacable contra el terrorismo".
El soldado agredido patrullaba vestido de militar en el marco del plan de alerta antiterrorista reforzada Vigipirate, dispuesto cuando existe un riesgo de amenaza y que involucra a diversos cuerpos de la seguridad del Estado.
El territorio metropolitano de Francia se encuentra desde hace meses en estado de alerta antiterrorista después de la intervención militar gala en Mali, que comenzó el pasado 11 de enero y adonde se ha llegado a trasladar a 4.500 soldados.
Los intereses franceses en el Norte de África, y en especial en la zona del Sahel, están en el punto de mira de Al Qaeda en el Magreb Islámico, y varios nacionales galos han sido secuestrados en ese continente en los últimos meses.
El pasado jueves, un trabajador de la empresa francesa Areva resultó muerto durante los ataques cometidos en Níger y que afectaron a la mina de Somaïr, donde la multinacional explota yacimientos de uranio que abastecen a las centrales nucleares galas.
El ataque se produjo en la víspera de una nueva manifestación en Francia de los opositores al matrimonio homosexual, ley aprobada por el Parlamento y que ha suscitado protestas, en algunos casos violentas.
Esta manifestación comenzó hoy hacia las 14:00 hora local (12:00 GMT) desde tres lugares distintos de París bajo la vigilancia de unos 4.500 policías, con el fin de evitar incidentes.