El papa Francisco ha dicho que no juzga a los homosexuales, pero se ha mostrado contrario al lobby gay, en unas declaraciones realizadas en el avión en el que viajó de regreso de Río de Janeiro a Roma.
"En un lobby no todos son buenos, pero si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla. El Catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad", afirmó.
Francisco aseguró que el problema no es tener esa tendencia. "Debemos ser mas hermanos, el problema es hacer el lobby, de esa tendencia, o de políticos, masones. Ese es el problema mas grande", explicó.
El pontífice hizo estas manifestaciones en el avión que le llevó hoy de vuelta de Río de Janeiro a Roma, en el que habló con los periodistas que le acompañaban durante una hora y media, contestando a todas las preguntas que le hicieron en total libertad.
El papa también se refirió a la reforma de la Curia romana y aseguró que no ha notado "resistencia" dentro del Vaticano a la reforma, pero que lo esencial es "la transparencia y la honradez".
BANCO DEL VATICANO
A preguntas de Efe, el pontífice se refirió a la reforma del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el banco del vaticano, envuelto desde hace años en escándalos de supuesto blanqueo de dinero, y a la comisión que ha creado para que estudie qué hacer con el llamado "banco de Dios".
"Yo no sé como acabará el IOR. Algunos dicen que tal vez sea mejor (convertirlo) en un banco, otros que un fondo de ayudas y otros que hay que cerrarlo. Yo no lo sé, me fío del trabajo de las personas que están trabajando en esto", dijo.
El papa habló también de la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, que no será el 8 de diciembre próximo, como se pensó en un principio, debido a que el frío dificulta el viaje de fieles polacos a Roma.
Agregó que las fechas que se barajan actualmente son el 24 de noviembre próximo, festividad de Cristo Rey, o el 27 de abril de 2014, festividad de la Divina Misericordia.
En respuesta a los escándalos por los que pasa el Vaticano, el papa Francisco afirmó que "hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece", según una entrevista con el pontífice emitida por el canal brasileño de televisión Globo.
"Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece y ahora tenemos el ruido de los escándalos de una transferencia de millones de dólares de un monseñor", declaró el papa, quien concluyó hoy una visita de siete días a Brasil, donde participó de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Río de Janeiro.
El prelado italiano Nunzio Scarano, acusado de fraude y corrupción en el marco de una investigación sobre supuestas irregularidades financieras en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), fue arrestado a finales de mayo.
"VATILEAKS"
"Bonito favor le hace a la iglesia este señor. Pero hay que reconocerlo, este señor obró mal y la Iglesia tiene que darle la sanción que merece", indicó el pontífice en la entrevista realizada el jueves en la residencia del Arzobispado de Río de Janeiro, en Sumaré, en las afueras de la ciudad y donde Francisco se hospedó.
Según el papa, "a la curia humana siempre se le criticó, pero en la curia romana hay muchos santos: cardenales santos, obispos santos; sacerdotes, religiosas y laicos santos, gente de Dios que ama la Iglesia pero eso no se ve mucho".
Un mes después de convertirse en papa, tras los casos de curas pederastas y el escándalo "Vatileaks", que desveló enfrentamientos y supuestos casos de corrupción en la Curia Romana, Francisco creó el 13 de abril un grupo de ocho cardenales para que le aconsejen en el gobierno de la Iglesia y estudien un proyecto de reforma.
"Ya tenemos muchos documentos y el 1, 2 y 3 de octubre tendremos la primera reunión oficial", en la que de acuerdo con el papa "se darán algunas pautas", pero según el "no saldrá una reforma definitiva".
"La iglesia siempre se tiene que reformar, sino se queda atrás. Hay cosas que servían para el siglo pasado u otras épocas y ahora no sirven más, entonces hay que reformarlas", apuntó.
En la entrevista, Francisco recordó las palabras del arzobispo de Sao Paulo, el cardenal brasileño Claudio Hummes, cuando el argentino fue escogido como papa: "él me dijo 'no te olvides de los pobres' y esa fue una frase que me hizo tanto bien".
A pesar de desconocer el fondo de la ola de protestas en Brasil, que se intensificaron en junio por diferentes reivindicaciones sociales y en varias ciudades del país, Francisco opinó: "un joven que no proteste no me gusta, el joven tiene la ilusión de la utopía y la utopía no siempre es mala".
"El joven tiene más frescura para decir sus cosas, un joven esencialmente es disconforme y eso es muy lindo y hay que escuchar a los jóvenes y cuidarlos para que no sean manipulados, pues hay gente que busca explotar a estos jóvenes manipulándolos", expresó.
Criticó también la "feroz idolatría del dinero", fruto de "una política mundial muy impregnada del protagonismo del dinero. Quien manda ahora es el dinero", aseveró Francisco, quien puso como ejemplo de eso "el alto porcentaje de desocupación juvenil que hay en Europa. Es alarmante".
"Hay chicos que mueren de frío en el invierno y eso no es noticia, pero si bajan tres o cuatro puntos las bolsas de las grandes capitales eso si es noticia. No debemos caer en una globalización de la indiferencia", consideró.
Francisco abogó por "fomentar una cultura del encuentro en todo el mundo de todas las confesiones", como él llama el conjunto de religiones.
"Las diversas confesiones no pueden irse a dormir tranquilas mientras haya un chico con hambre", subrayó.
Sobre su visita a Brasil y el hecho de ser de Argentina, país vecino y rival en muchos aspectos, Francisco destacó que fue recibido con calidez y "el pueblo brasileño tiene un gran corazón y la rivalidad está superada, porque hemos negociado bien: el papa es argentino y Dios es brasileño".
Justificó el ejemplo de "simplicidad y humildad" al escoger un coche modesto para desplazarse en Brasil, un "papamóvil" abierto y una residencia sin lujos durante su estancia en Río de Janeiro.
"No puedo vivir solo, encerrado, necesito contacto con la gente y me quedé en la residencia por razones psiquiátricas (risas) para no estar sufriendo esta soledad que no me hace bien", indicó el papa, quien admitió que fue "indisciplinado" por no atender siempre las recomendaciones de seguridad del Vaticano y de Brasil.
"Fui a ver el "papamovil" y estaba con vidrios. Nadie puede visitar a sus amigos en una caja de vidrio, no podría venir a visitar, a este pueblo que tiene un gran corazón, dentro de una caja de vidrio. O es todo o es nada, pues fue un viaje con comunicación humana, y la comunicación a medias no hace bien", concluyó.